Saber y observar, que nos hemos equivocado, movidos, por infinidad de sentimientos auto impuestos, y apelmazados, encontrados, por diversidad de situaciones, por falta de asentamiento en nuestra vida, desestructuración de ella, ante ello el dolor, el padecimiento, la confusión, el aturdimiento, la ansiedad aparece, y sólo nosotros con el tiempo, si queremos, podemos volver a asentar-la, definirla en lo mejor, desde la comprensión, la observación, el separar dentro de la unión, y querer estar bien, cuidándose.
De no cometer las mismas actitudes erróneas, siendo uno mismo, dentro de la verdad, propia.
Ejerciendo y haciendo, lo que nos beneficia, y con lo que nos encontramos bien, con el logro, y la intención del mejor resultado, de mejorar, ir a mejorar, no dejarnos vencer por los sucesos o circunstancias, adversas, hacia delante siempre, en amor por nosotros mismos, y por el medio, estando así, con Dios, afincandose en Él, y con ello prórroga y logro. Divino.
Siempre hay recompensa ante una o diversas injusticias sufridas, siempre.
Y no nos podemos imaginar, en el momento, de qué forma, y cómo, qué es, lo que se nos dará, o en lo que se nos formará, instruirá.
Namasté.
por Montserrat Cobas.
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