En momentos en los que llorar no sirve de nada,
sólo de desahogo y desconsuelo.
En momentos, en que vas observando,
no en la totalidad,
la totalidad siempre es extrema,
y es imposible observarla toda.
Momentos,
en los que visualizas la verdad,
una parte. Del final.
Para seguir,
siempre un nuevo comienzo,
o seguir abarcando, formando con lo existente,
son momentos, puntuales,
porque;
luego todo sigue,
sigue en la realidad, remota,
la que vamos formando, cada uno de nosotros,
solos o acompañados, solos, en una parte,
ya que nunca lo estamos.
Formándonos en la realidad.
Ya,
sin esperas atormentadas,
eso, ya pasó, y ahora es ecuánime.
Nada más.
Sin mirar ni para alante, ni para atrás,
solo un punto exacto.
Dos, y a partir de ahí se verá, decisiones, decisión ecuánime.
Es lo que es, y no se puede hacer más.
Siempre lo es.
Es así.
Montserrat Cobas.
Miras introvertidas.
Finales...
Siempre hay un florecimiento. En el amor. Empezando por Ti, desde Ti, sentirse en él, en esa paz que le equivale.
Y se dará, lo que tenga que darse.
Paz, y benevolencia.
Buen día.
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