Y en los pensamientos, sentimientos, que se declaran internamente,
se sienten, se observan, y se dejan ir, en un recuerdo olvidado,
ya no es tiempo, y en ello fluye.
Así en la misericordia que tenemos de nosotros mismos,
nos dejamos sentir, sin más,
pensando, sin pensar, solo sentir, aminorar, sin llorar,
la frialdad se percibe, ya no duele, solo se siente superfluamente,
sin más.
Sobran las palabras, para quien tuvo muchas, y no las dijo,
ya el silencio se hace dueño, dentro y fuera de nosotros,
sin miras, de futuro, solo el momento observador.
Sin dolor, sin pensar, nada más sentir, y dejar ir.
Son momentos, sin recuerdo, solo, sentimientos, del hoy.
Que nos deja ir, allí donde queramos ir, y como queramos estar.
Tranquilidad, unísono, con uno mismo, y el sentimiento,
casi sin pensamientos, ¿para qué?
Solo escuchar, música tranquilizadora, armonizando todo nuestro interno,
hasta el pensamiento, el sentimiento, frialdad que no lo es,
a gusto con una misma, sintiendo lo que es en el instante, y es hermoso.
Llegar a este punto es, éxtasis en paz.
En la misericordia de uno mismo, nuestro ser se integra,
y aguanta sin aguantar, nada, solo paz, solo la voz del silencio en armonía,
buscando lo que se necesita, y pocos saben,
conexión intrínseca, corazón nuestro, corazón Madre, sentimientos, silencios,
que se hacen sentir, en esencia, fluyendo y armonizandonos sin fin.
Unión, y clamando con una realidad irrisoria, qué esconde la cierta. Unión que deja ver, y une.
Allí, donde pocos llegan, sin insignificancia, ni aventura. Fluye.
Descubriendo algo más.
Por Montserrat Cobas.
Conectando con la gran Esencia, observando el camino existente en esencia, como vibra, como se siente, como se observa, esa unión.
Comentarios