Ayer observando el rostro alegre de un niño, pequeño, casi un bebé, percibí, y siento.
Ver la nobleza de los niños pequeños, es, excepcional.
Por eso, nunca aceptaré ni entenderé, a las personas que les hacen daño o mal.
Siempre, en amor, y con amor, desde la concepción, crianza en amor, y amor se hace en el mundo. Educando.
Difícil, pero no imposible, formando, ejerciendo un nuevo mundo en paz, amor, solidaridad.
Un Mundo muy diferente.
Qué no sé si en este Planeta se podrá ejercer.
Por qué sea así.
Por Montserrat Cobas.
Comentarios