A las personas hay que conocerlas bien, o, por lo menos bastante bien, y ser receptivos, entender lo que se quiere decir con cada palabra y frase, el contexto de la comunicación en sí para poder llegar a buenas conclusiones, sin malas interpretaciones, que puedan entorpecer la relación, o, incluso a la propia persona en su avance, no sólo del que habla, sino también, del que escucha.
La fluidez, la claridad de mente, el buen impulso, la voluntad de preguntar, ante una interpretación, que nos parece dudosa o equivoca, es la base de que la continuidad y el beneficio mutuo se haga efectivo en el tiempo, con una gran calidad de ésta.
Difícil de conseguir, hoy en día, dónde la turbación, por diferentes motivos, se hace acostumbrado, entorpeciendo, no solo el buen fin de dos o un conjunto determinado, sino el bienestar propio, emocional, físico, y mental. Totalmente, indispensable para estar bien.
La paz, la claridad, y el buen hacer, basado en el amor, en uno, es lo que determina a un buen resultado, y sino existe, hace falta un esfuerzo por parte de las partes involucradas, si así se quiere, mantener el vinculo, sea el qué sea.
Ambas partes, o el numero determinado, por igual, el querer,bien, el buen hacer, el tener bien.
Consiguiendo el éxito deseado por igual.
Qué mayor, satisfacción.
Neutrales, sin vicios, sin costumbres nocivas, generando Luz, lo comunico-comparto, porque sé de que va, serenidad, amor, y muy buena relación, hoy, en día, discrepaste, difícil. Hay que trabajarse mucho, interiormente, emocionalmente, y físicamente, para conseguirlo, ya sea, con los interesados en cuestión, o, uno solo, a lo que hemos llegado, la generación de un mundo individualista, que a día de hoy, empieza a dejar ver, sus consecuencias.
Sin embargo, hay elección.
Todo, es escoger, formas, actitudes, pensamientos, actos, resoluciones, sin alejarse de lo que somos, y elegimos, nos deriva.
Semejanzas.
Por Montserrat cobas.
Escrita, y preparada ayer.
Hoy, es, otro día.
Escrita, y preparada ayer.
Hoy, es, otro día.
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