Quizás hoy llegues a mi, me conozcas y te sorprendas, porque observaras casualidades, qué no lo son. Simplemente existe una finalidad incógnita, un apoyo, una respuesta que te llega sin más para obrar el máximo bien en tu vida, y así ha de ser. Encaminándote en ese momento de indecisión, de no saber, incluso.
No eres único en esta circunstancia, nos ocurre a todos, y ahora, en estos momentos que vivimos, más. Sólo debemos ser capaces de observar, deducir, y obrar adecuadamente, para obtener el máximo beneficio posible en tal peculiaridad, no dejándola pasar en balde, retrasando lo que ha de ser.
Y es qué, al final, todo suceso, cambio, se da cuando tiene que darse, ya que se han de agrupar una serie de circunstancias, actitudes, instantes adecuados para que se determine. Y con un único fin que muchas veces ni tan siquiera imaginamos.
El tiempo es el que determina a su descubrimiento.
Por Montse Cobas.
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