Quizás no puedas entender al otro.
Quizás, se te escapen momentos, formas, y reclamos.
Sin embargo, no esperes a cometer un error el cuál te puede suponer toda una vida,
una vida diferente, a lo que podría haber sido con aquel que te ama,
reconociéndolo y entendiéndolo,
porqué para cuando te puedas dar cuenta, en el futuro, ya no habrá vuelta atrás.
Viviendo con lo manifestado.
Todo es manifestación de lo realizado o no realizado,
por callar o hablar,
por sentir verdaderamente o privarse,
quizás la manifestación del ahora, persista, desde, y para siempre,
quién sabe.
Sólo la realidad nos abrirá al reconocimiento,
y a la privación de lo no manifestado.
Reconocer, es de valientes.
Y con la valentía se resurge, se entiende, y se manifiesta,
aquello, que no existiere, sin embargo, se quiere.
Namasté, Compañeros de vida, aún en la lejanía o no lejanía.
Siempre somos en la verdad.
Nuestra Verdad con mayúsculas.
Siempre la hay.
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