Podríamos decir que el ser humano se mueve completamente por emociones, así estamos emocionalmente así hacemos y así generamos no solo en nuestro entorno, circunstancias o sucesos, sino a nivel interno. Cuándo sentimos impotencia por ejemplo, la persona comienza a ejercer mala circulación de su campo energético, su energía se densifica y en esta característica va creando masa o masas con débil circulación, alterando la zona en donde se implanta, densificando-la también con el consiguiente mal riego energético-circulatorio de ésta qué sino es atendida termina por dañar-la junto con los órganos cercanos, o no tan cercanos dependiendo de dónde se haya creado. Si una persona está agobiada, tensa músculos o zonas, al tensar esta creando una tirantez que ejerce de igual forma qué lo descrito anteriormente, la energía no puede fluir bien, y por lo tanto tampoco la circulación de sangre periférica del lugar o entorno, con lo que comienza , primero, débilmente a dañar a no ser que sufr