Ante ciertos desbarajustes en nuestra vida, desconcierto desconcertante, quizás pareciere que estamos solos, sin entendimiento prematuro, pero la existencia es más que eso, fuera de valores propios merecedores, necesario para avanzar en consecuencia, nos aislamos o retrocedemos, pensamos y avanzamos ante la duda, mientras tanto esperamos se disipe, qué la claridad aparezca, sin embargo, cuándo una es leal, recta, desconcierta, sin conocimientos previos ante el asunto, aún mezclados en el trayecto, se destaca, y ahí la alevosía. Entonces, aún vuelta al mundo común, la esperanza se halla, de qué todo vuelva a ser con un ápice de ella, esa que se tiene, esperando, lo mismo que somos, damos, tener, aún en la turbación de la perdida, la gran perdida de los valores, el amor que entraña, tenerlo dentro, juntos generando el nuevo mundo qué ha de amanecer. Cuándo todo es perturbación y falla la claridad, fé y esperanza de conocer, de ser y ama
Entra en un mundo real. La otra realidad.