La Navidad ese tiempo en qué los buenos sentimientos emergen, la bondad y el silencio sucumben para dejar paso a acordarnos más del prójimo, cuándo cada día que es en el año tendría que ser así, pero no hay tiempo, se hace tiempo para lo qué uno desea por esa misma falta, apareciendo una frialdad intrínseca inapreciable para la persona qué las circunstancias aporta, y a veces es demasiado tarde darse cuenta de esa falta...o faltas, estar con y con quién se lo merece y apreciamos, en merecimiento qué es lo complejo en estos tiempos, sin embargo, el perdón es el camino continuado y con desvío. Namasté. Por Montse Cobas.
Entra en un mundo real. La otra realidad.