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El éxito, y el resultado presente, pasado, y futuro viene determinado por las decisiones sí, o, no, tomadas.
Lograrlo no suele ser fácil, viene marcado por el ingenio y la creatividad en infinidad de formas, la inteligencia, el saber y poder hacer, la voluntad, la posición y la toma de decisiones oportunas en cada momento cuándo son totalmente necesarias, coraje y valentía, la constancia, y la superación de todos los retos y dificultades encontradas en su camino no estando exento de ello, sino todo lo contrario, suelen haber muchas. E, incluso frialdad en momentos puntuales.
El éxito, más qué un triunfo suele ser el logro de todo o casi todo lo qué queremos o necesitamos en diferentes secuencias de nuestra vida, hay qué dejar mucho en su proceso, incluso perdemos para ganar otras necesidades qué se requieren en base a diversas situaciones o circunstancias qué se nos presenta, el seguir tomando decisiones nos equipara y nos lleva a lograr nuestros deseos, qué no tienen porque ser de orden material, aunque no nos debemos separar de este fin pues se requiere para la subsistencia o el abastecimiento futuro de nuestras vidas, siendo siempre previsores ante cualquier toma de elección, así qué cuándo una persona parezca exitoso o se mire en vez de con aprecio y orgullo de su consecución se vea con un ápice de envidia e incluso de mala critica o mala deducción, habría qué preguntarse, yo hubiera sido capaz de recorrer su camino, de tomar las mismas decisiones valientes con seguridad y con una voluntad afirmada, de pasar por lo qué esa persona paso, probablemente no, pues el éxito está lleno de cambios, de incertidumbre superada con mucho esfuerzo, de decidir lo más acertadamente, y lo más importante ante todo lo negativo qué se pudiera haber vivido o se viva tener una fuerza acérrima sabiendo qué sólo queda superarlo de la mejor forma posible sí queremos seguir avanzando, requiriendo de un aporte extra de esfuerzo a veces, muy duro y difícil, qué no todos están dispuestos a pasar por ello, ni todos le es dueño ese sacrifico innato que requiere llegar ahí, ha ese espíritu de superación ante la adversidad qué se suele presentar.
Siempre son pasos, o grandes pasos, mucho quedara en cada uno de ellos, pero no se debe mirar atrás, tan sólo para no cometer los mismos errores o dejar lo qué ya no nos permite ser nosotros mismos y nuestros requerimientos más intrínsecos, el estar bien y en paz, sabiendo qué no hemos cometido errores para con otros insuperables o imperdonables, siempre obrando con el corazón y cuándo es necesario con la mente para salir de una posición o situación qué no avanza y no es del todo, o muy poco adecuada para nosotros, no queda otra, qué reflexionar, analizar desde todas las posiciones posibles, dar el tiempo qué se pueda o se requiera tomar para hacerlo lo mejor posible, y subir un escalón, decidiendo y sabiendo qué siempre se hace para mejor aunque para muchos o incluso viendo la realidad se vea, qué habrá obstáculos, dificultades, qué requerirá de un esfuerzo mayor para nosotros, pero qué saldremos y superaremos, lleve el tiempo qué lleve, y qué es la única solución, en bastantes casos, si queremos lograr o salir de algo qué ya por lo qué sea nos está perjudicando más qué beneficiando, y a veces, simplemente aunque no sea lo anterior, son los deseos de nuestro inconsciente y de nuestro corazón los qué nos llevan a elegir, logrando lo que en ese momento necesitamos o queremos, sin necesidad de qué existan malos rollos o situaciones tóxicas, simplemente, es nuestra escala evolutiva, del corazón, esencialmente, necesitamos un cambio o cambios qué conllevan elecciones ha realizar, y se realizan, para lograr nuestros deseos.
Una vez hechas y lo hayamos conseguido, veremos resultados y a por otra escala o vida, diferente, pues los cambios marcan diferencias y a veces, grandes.
Y ese será nuestro verdadero éxito, encontrarnos bien o más qué bien a través de todas nuestras elecciones y decisiones tomadas a través del tiempo, tiempo, tiempo.
Llegando y consiguiendo el punto seleccionado, y a vivir, con todo lo qué requiere en base a lo qué hayamos conseguido, muchas veces, a través de mucho esfuerzo, constancia, valentía y sangre fría en ciertos momentos, y paciencia, mucha paciencia, no desfalleciendo en cada dificultad qué asome, siempre hacia delante, siendo mayormente mentales pero sin olvidar nuestro corazón teniéndolo en cuenta cuándo se requiera , no permitiendo qué nos dañen, más de lo necesario, ni dañar por dañar porque eso tarde o temprano se vuelve en contra de uno mismo y de lo demás, son cargas innecesarias qué muchos no asumen y no saben el porque de ciertos episodios o circunstancias en su vida, pero más qué nada para con ellos mismos, no logrando esa paz y armonía interior tan necesaria para conseguir el pleno éxito armonioso y humilde qué ello requiere y para este mismo fin. Siendo en esté último caso, cuándo se daña por dañar, dónde abruman sentimientos y emociones totalmente contraproducentes para la persona y para el resto, sin darse cuenta, echando por la borda, todo éxito, pues un éxito qué no va acompañado de sentimientos y actitudes gratas en todos los sentidos y aspectos, no deja su disfrute ni su consciencia, dejándolo atrás, por mucho qué parezca qué se tiene.
Muy buenas tardes.
Namasté.
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