No nos engañemos estamos en un tiempo único, en el cual estamos viviendo, experimentando, sintiendo diversas circunstancias, estados, emociones. No todos probablemente lo superaremos, o quizás sí, pasando a otra etapa ya fuera de aquí. Porqué el tránsito equitativo nadie lo sabe. Lo qué denominamos muerte no es otra cosa qué un cambio, un cambió qué nos determina a dejar lo establecido, el lugar, la forma de vida, nuestro cuerpo qué no es otra cosa qué un vehículo qué nos da la posibilidad de experimentar, de sentir, de ver, de aprender. De entender. Cuidarnos desde la serenidad, absoluta en todos los sentidos nos da la fuerza necesaria y la paz qué nos da el camino establecido desde esa actitud y trabajo personal espiritual. Y lo qué es mejor la sabiduría qué se plasma desde ahí alojandónos en nosotros con consciencia, esa consciencia qué nos abre a ver, entender todo lo demás con amor sublime, ese qué se halla en nosotros en Unión con Dios, el Universo, la Esencia Madre,