Cuándo nos unificamos y nos volvemos observantes, analizando los sucesos y el posible motivo de lo sucedido, sobre todo lo relacionado con nosotros, empezamos a conocer nuestras pautas a remodelar, a cambiar y solucionar, pues en parte es un posible motivo de lo acontecido, nos volvemos más abiertos emocionalmente hablando pero a su vez con una cierta prudencia si cabe mayor, dejando de actuar a la defensiva, impulsivamente, siendo más prudentes a la hora de dar oportunidades, quiénes realmente lo demuestren y se lo merezcan, todo empieza a fluir de otra forma, más en armonía, más qué nada en nosotros, aceptando y teniendo un diálogo interno con el pasado, pero no sólo cercano, sino volviendo a nuestras raíces, a nuestra niñez, ahí muchas veces aparecen diversas causas, y nos empezamos a amar más siendo bondadosos con nosotros mismos, condescendientes de lo qué debemos cambiar y hacerlo, siguiendo en el proceso de conocernos y conocer para obrar el cambio qué realmente merecemos y qu
Entra en un mundo real. La otra realidad.