Y observas que todo es tan solo camino, que pocas personas merecen la alegría de tu corazón, que se perdió lo importante, y que tu puedes exigirlo, que te amen, que te escuchen, que te entiendan, o al menos te respeten, que te dejen ser libre, siendo tú, y que puedas escoger, porque es tu derecho, que nadie puede ni debe quitárnoslo. Ser Nosotros mismos. Y para hacerlo debemos seguir nuestras secuencias, nuestros tiempos, nuestras necesidades, que tan solo, nosotros sabemos. Amarnos, para que nos amen, y si no lo hacen, tampoco pasa nada, porque hay siempre quien lo hace, y es, escucha, siente, percibe, la Esencia, la Gran Esencia, Mano de Dios. Ahí siempre estas acogida. Entendida, y damnificada. Serenidad y amor puro. Se ha creado una sociedad, un tiempo, no tiempo, en el cual, nada es nada, y todo es, lo más esencial. Personas, seres que ya no tienen tiempo para las relaciones, amar y lo que ello significa, ser honestos en honestidad del corazón, y