Marta en su mundo imparcial, en el cuál en ese momento se vivían situaciones desconcertantes y abruptas por zonas y en cada uno de sus individuos, paso por una calle en un día soleado, un respiro, en la cuál observo una casa con un pequeño jardín. Le llamo la atención, era de una conocida suya, y por ello, llamo a su puerta. Esta se abrió, silenciosamente y sin nadie aparentemente qué la abriera, quedo sorprendida, pensó qué tenía algún sistema qué permitía hacerlo, y entro. Conforme se fue abriendo, su asombro fue mayor, lo qué vio le incitaba a entrar, es cómo qué le dijera pasa, y paso. Otro mundo totalmente diferente, con colores muy vivos, azules, verdes y dorados eléctricos brillantes, una cascada en el fondo, un aroma embriagador, una sensación interna se despertó en ella de pureza, de bienestar. La puerta así cómo se abrió se cerro, no se asusto para nada, se fue integrando en él y la calma y el bienestar se fue haciendo mayor, magia. Observando un pleno amanecer al fond
Entra en un mundo real. La otra realidad.