Podemos estar en silencio,   ese que se entabla muy internamente,   y en nuestro entorno.   Lo necesitamos.   Cuándo ese sentimiento, buscado y sin buscarlo, aparece.   Entablándose, y lo percibimos, lo sentimos,   sin poder hacer nada,   y sí observamos, podemos hacerlo,   ver dentro de nosotros, lo qué forma,   nos daríamos cuenta de cuan intensidad, transforma...   Y en ese silencio, lo armonizamos, y ejercemos,   para lidiar con lo formado, poder transformarlo, en serenidad,   qué pocos saben, sin embargo, tan necesario.   Y entonces, encontramos paz,   al saber, al conocer, y poder ver, poder hacer,   para mejorar, ya, no nuestra vida,   sino ese menester que nos corresponde,   nuestro interior, transformar la tristeza, en aceptación,   y en amor por nosotros,   la angustia, en serenidad, sabiendo pararla,   para poder avanzar en el mejor cometido,   respiración, esencia energía propia y madre, para conseguirlo,   y seguir hacia adelante.   ese amor por ti, y por el mundo, ...
Entra en un mundo real. La otra realidad.