LOS NIÑOS QUE SUBIERON AL ARCO IRIS. Era un día de otoño muy gris en el que se aproximaba una gran tormenta. A lo lejos se veían continuos relámpagos. Acompañados a los pocos segundos de su correspondiente trueno. Cuatro niños de edades entre los diez y los catorce años estaban detrás del gran ventanal del comedor de la casa de Marcos. Era sábado. Se habían juntado para jugar un rato a fútbol en el jardín de su casa, pero el día, lógicamente, no era propicio para ello. No se aburrían. Visualizaban con gran emoción el espectáculo de la tormenta. Cada vez se acercaba más al lugar donde vivían, y comentaban asombrados todos los detalles que eran capaces de captar. — ¡Ala! ¿Has visto semejante relámpago? Debe haber caído cerca —comentó Luis. —Parece haber caído en la montaña, ¿has visto el resplandor? — ¡Guau! —dijo asombrado Antonio. —Mira, empieza a llover. ¡Vaya gotas! —comentó Marcos. Álex, era el más pequeño. Permanecía atento a todo lo que
Entra en un mundo real. La otra realidad.