En nuestro tiempo de quietud, buscado, y arraigado, serenamente, escuchamos.... el vaivén de la esencia, esa qué se mueve fluidamente, sutilmente, casi; imperceptible dentro de nosotros con el movimiento intrínseco propio y de ésta. En él nos damos cuenta de la necesidad de su conciencia, de ir a la par. Nos armonizamos, nos tranquilizamos, percibimos lo necesario e importante, nos vienen conocimientos, mensajes necesarios para nuestra propia evolución, es, llamativo, cuando empiezas a sentirlo, es, el inicio, de un nuevo viaje descubierto, ese, qué se encuentra dentro nuestro y al cuál no le damos importancia, sin embargo, cuán importante, percibiéndolo, te unes, te integras, te das cuenta de lo secreto sacado a la luz, tu Luz, y en él fluyes, observando lo inexplicable, bueno, placentero, real, más real qué lo qué se tiene cómo tal tapando a lo verdadero, y quizás de eso se trate, te estigmatiza suavemente, agradablemente. Siéntelo, y vívelo, ayuda a tu ser y mucho más. Es gr