Carmen, una mujer de 37 años, a la que la vida no le ha sido del todo feliz o por lo menos, no como ella hubiera deseado, con unos padres autoritarios y un último jefe de años, mezquino, mal educado y muy egoísta.
Digo último, porque hace un año y medio que dejo el trabajo de administrativa, por intolerancia y "alergia" a su superior . Por no poder sobrellevar el comportamiento de esté hacia sus empleados y hacia ella misma, siendo una de las últimas en irse.
Lleva un tiempo sin trabajar, el hecho de poder encontrarse en situaciones pasadas en su anterior puesto de trabajo, le crea un cuadro de ansiedad que cada vez va dominando más.
Ha llegado al punto, de que cuando ve a una persona de ordeno y mando por que sí, su cuerpo llega al punto máximo de ebullición. No soporta ese tipo de actitudes de tipo autoritario fanáticas.
Llegando incluso, a estallar en un enfado bastante considerable, no tolerando las faltas de respeto en ningún sentido, por las vivencias acontecidas.
Esto le ha creado una inseguridad y una barrera de cara al sexo masculino, no llegando a percibirlos, no por desconsideración, sino, porque quizás, su inconsciente en manera de protección hacia su persona, lo hace.
Es con el tiempo, lo que ella a deducido.
Después de muchos años trabajando, sin tener demasiado tiempo para ella, este tiempo de desocupación lo ha dedicado para su posible recuperación y dedicación a ella misma.
Ha terminado de realizar los trabajos de su casa, ha comprado,decidiendo ir a caminar un rato por la costa, ya que el tiempo es propicio para ello.
El día es maravilloso, camina por la orilla de la playa, los rayos de sol, se posan por todo su cuerpo, siendo algo realmente apetecible, pues la temperatura, no es precisamente de calor, por lo que se agradece. El mar, esta un poco alborotado, salpicandole todo su cuerpo, estremeciéndose de vez en cuando, por la temperatura del agua.
La suave brisa de la playa, acaricia su rostro, moviendo su pelo de tal manera, que la hace sumamente atractiva, fijándose en ella algunos caballeros, que corren por la playa, sin percatarse ella de esto.
Va sumida en sus pensamientos, pensamientos que brotan en su mente, mente tranquila y relajada, sumida en el recuerdo, recuerdo de un pasado de una vivencia feliz.
Brota de su cara relajada, una sonrisa, franca, verdadera, al recuerdo de una persona a la que quiso en secreto, un amor platónico de su juventud, su primer amor y único.
Después de un largo caminar por la playa, se sienta en la arena, serena y tranquila, con energía de felicidad al recuerdo de su mirada puesta en él.
Observa el oleaje, coordinando la respiración hacia su mente y su corazón, cierra los ojos, dejandose caer pausadamente...
Alguien se acerca por detrás, la coge por la cintura, y le dice unas palabras dulces al oído.
Se deja llevar, en un estado sedado del momento.
Es Sebas, su único amor.
Le dice flojito al oído:
" Cuanto tiempo", no tuvimos oportunidad de conocernos, me gustaría hacerlo ahora.
En ese momento, Carmen olvida todos sus miedos, todas sus inseguridades, el amor puede más que todo eso.
Ella arrima su rostro al de él. Diciéndole con voz pausada:
Sí, muchos años.¿Dónde te fuiste, donde estuviste?
He estado muchos años esperando tu regreso.
Te veía en cada lugar, en cada suceso, en cada circunstancia, incluso, te confundía con otras personas, desengañándome más y más.
Pregunte al jefe por ti, siendo su información nula, consiguiendo una bronca espectacular, que se sucedió, durante meses, sin entender su posición.Solo porque pregunte, si sabia algo de ti.
¿Qué paso? ¿Porque desapareciste de la noche a la mañana?
Me marche, estaba harto de aguantar a tal personaje. Dijo Seba
Pensé, en ir algún día a saludarte, para presentarme, pero, veía que algo me atraía hacia ti, algo que no había sentido nunca y no quise aventurarme, quizás, por miedo.
Estuve, un mes acercándome al trabajo, para verte salir, pero conforme pasaban los días ese rastro que me unía a ti se iba haciendo más grande, necesitando cada vez, verte más, decidiendo cortar por lo sano.
Deje de ir. Hasta hoy.
¿Y eso, porque hoy, aquí y ahora? Pregunto Carmen
Es totalmente casual, por lo menos, quiero creerlo así. He estado en una convención aquí al lado y viendo el día tan perfecto que hace, he decidido aprovecharlo. Decidiéndome a caminar un rato, visualizandote a lo lejos.
Conforme, me iba acercando, más increíble me parecía.
Dicen que las casualidades no existen. Comento Carmen.
Quizás sea cierto, parece imposible. Prosiguió con voz entrecortada.
Cuanto tiempo esperando, que la vida, nos hiciera reencontrarnos y cuando ya no tenía esperanza...
Dios, no te puedes imaginar, el padecimiento, de no poder ver tu imagen, solo eso, eras como una droga, una necesidad,
Estuve, de baja una temporada, no podía no podía...
No podía vivir, me hundí en la tristeza, una tristeza sin igual, mis padres no lo entendían tampoco les conté nada. Como les iba a contar...
Sin conocernos, sin haber tenido prácticamente ninguna conversación,
Bueno,
Recuerdo un día en el ascensor. Me sujetaste la puerta para que pudiera entrar, me distes los buenos días, con una sonrisa, una bella sonrisa, que me encandilo, ahí me prendaste, a partir de ahí, cada día esperaba verte entrar en la planta, solo verte...
Sentía su cuerpo cerca de ella, con una sensación estremecedora, parecida a la que tuvo, cuando se encontraron en el ascensor. Fundiéndose con su mente, evadiendose en el recuerdo del pasado.
De sus ojos salieron lágrimas de emoción, a la vez que de tristeza, la tristeza, que había asumido durante años, por su perdida. Una perdida que la traumatizo, paralizando todo su ser, sus sentidos.
Sebas, acaricio el semblante de Carmen, limpiándole, con suavidad sus lágrimas.
He de irme, le dijo, me están esperando.
Se levanto, dirigiéndose hacia el paseo.
Carmen, se incorporo.
Sebas a medio camino, carraspeo.
Ella en su incredulidad, abrió sus ojos dirigiendo la mirada hacia Sebas, el cual a mitad de camino, le guiño el ojo.
Por su cuerpo un escalofrío lleno de angustia, el cual le hizo despertar.
Se había quedado dormida.
Se levanto, miro a su alrededor con lágrimas en los ojos, visualizando, un grupo de madres con sus hijos que estaban correteando por la playa, un perro con su dueño y una gran brisa que le despejaba el pelo de la cara, secándole sus lágrimas de añoranza.
Añoranza, de un pasado incierto.
Mari MC.
Digo último, porque hace un año y medio que dejo el trabajo de administrativa, por intolerancia y "alergia" a su superior . Por no poder sobrellevar el comportamiento de esté hacia sus empleados y hacia ella misma, siendo una de las últimas en irse.
Lleva un tiempo sin trabajar, el hecho de poder encontrarse en situaciones pasadas en su anterior puesto de trabajo, le crea un cuadro de ansiedad que cada vez va dominando más.
Ha llegado al punto, de que cuando ve a una persona de ordeno y mando por que sí, su cuerpo llega al punto máximo de ebullición. No soporta ese tipo de actitudes de tipo autoritario fanáticas.
Llegando incluso, a estallar en un enfado bastante considerable, no tolerando las faltas de respeto en ningún sentido, por las vivencias acontecidas.
Esto le ha creado una inseguridad y una barrera de cara al sexo masculino, no llegando a percibirlos, no por desconsideración, sino, porque quizás, su inconsciente en manera de protección hacia su persona, lo hace.
Es con el tiempo, lo que ella a deducido.
Después de muchos años trabajando, sin tener demasiado tiempo para ella, este tiempo de desocupación lo ha dedicado para su posible recuperación y dedicación a ella misma.
Ha terminado de realizar los trabajos de su casa, ha comprado,decidiendo ir a caminar un rato por la costa, ya que el tiempo es propicio para ello.
El día es maravilloso, camina por la orilla de la playa, los rayos de sol, se posan por todo su cuerpo, siendo algo realmente apetecible, pues la temperatura, no es precisamente de calor, por lo que se agradece. El mar, esta un poco alborotado, salpicandole todo su cuerpo, estremeciéndose de vez en cuando, por la temperatura del agua.
La suave brisa de la playa, acaricia su rostro, moviendo su pelo de tal manera, que la hace sumamente atractiva, fijándose en ella algunos caballeros, que corren por la playa, sin percatarse ella de esto.
Va sumida en sus pensamientos, pensamientos que brotan en su mente, mente tranquila y relajada, sumida en el recuerdo, recuerdo de un pasado de una vivencia feliz.
Brota de su cara relajada, una sonrisa, franca, verdadera, al recuerdo de una persona a la que quiso en secreto, un amor platónico de su juventud, su primer amor y único.
Después de un largo caminar por la playa, se sienta en la arena, serena y tranquila, con energía de felicidad al recuerdo de su mirada puesta en él.
Observa el oleaje, coordinando la respiración hacia su mente y su corazón, cierra los ojos, dejandose caer pausadamente...
Alguien se acerca por detrás, la coge por la cintura, y le dice unas palabras dulces al oído.
Se deja llevar, en un estado sedado del momento.
Es Sebas, su único amor.
Le dice flojito al oído:
" Cuanto tiempo", no tuvimos oportunidad de conocernos, me gustaría hacerlo ahora.
En ese momento, Carmen olvida todos sus miedos, todas sus inseguridades, el amor puede más que todo eso.
Ella arrima su rostro al de él. Diciéndole con voz pausada:
Sí, muchos años.¿Dónde te fuiste, donde estuviste?
He estado muchos años esperando tu regreso.
Te veía en cada lugar, en cada suceso, en cada circunstancia, incluso, te confundía con otras personas, desengañándome más y más.
Pregunte al jefe por ti, siendo su información nula, consiguiendo una bronca espectacular, que se sucedió, durante meses, sin entender su posición.Solo porque pregunte, si sabia algo de ti.
¿Qué paso? ¿Porque desapareciste de la noche a la mañana?
Me marche, estaba harto de aguantar a tal personaje. Dijo Seba
Pensé, en ir algún día a saludarte, para presentarme, pero, veía que algo me atraía hacia ti, algo que no había sentido nunca y no quise aventurarme, quizás, por miedo.
Estuve, un mes acercándome al trabajo, para verte salir, pero conforme pasaban los días ese rastro que me unía a ti se iba haciendo más grande, necesitando cada vez, verte más, decidiendo cortar por lo sano.
Deje de ir. Hasta hoy.
¿Y eso, porque hoy, aquí y ahora? Pregunto Carmen
Es totalmente casual, por lo menos, quiero creerlo así. He estado en una convención aquí al lado y viendo el día tan perfecto que hace, he decidido aprovecharlo. Decidiéndome a caminar un rato, visualizandote a lo lejos.
Conforme, me iba acercando, más increíble me parecía.
Dicen que las casualidades no existen. Comento Carmen.
Quizás sea cierto, parece imposible. Prosiguió con voz entrecortada.
Cuanto tiempo esperando, que la vida, nos hiciera reencontrarnos y cuando ya no tenía esperanza...
Dios, no te puedes imaginar, el padecimiento, de no poder ver tu imagen, solo eso, eras como una droga, una necesidad,
Estuve, de baja una temporada, no podía no podía...
No podía vivir, me hundí en la tristeza, una tristeza sin igual, mis padres no lo entendían tampoco les conté nada. Como les iba a contar...
Sin conocernos, sin haber tenido prácticamente ninguna conversación,
Bueno,
Recuerdo un día en el ascensor. Me sujetaste la puerta para que pudiera entrar, me distes los buenos días, con una sonrisa, una bella sonrisa, que me encandilo, ahí me prendaste, a partir de ahí, cada día esperaba verte entrar en la planta, solo verte...
Sentía su cuerpo cerca de ella, con una sensación estremecedora, parecida a la que tuvo, cuando se encontraron en el ascensor. Fundiéndose con su mente, evadiendose en el recuerdo del pasado.
De sus ojos salieron lágrimas de emoción, a la vez que de tristeza, la tristeza, que había asumido durante años, por su perdida. Una perdida que la traumatizo, paralizando todo su ser, sus sentidos.
Sebas, acaricio el semblante de Carmen, limpiándole, con suavidad sus lágrimas.
He de irme, le dijo, me están esperando.
Se levanto, dirigiéndose hacia el paseo.
Carmen, se incorporo.
Sebas a medio camino, carraspeo.
Ella en su incredulidad, abrió sus ojos dirigiendo la mirada hacia Sebas, el cual a mitad de camino, le guiño el ojo.
Por su cuerpo un escalofrío lleno de angustia, el cual le hizo despertar.
Se había quedado dormida.
Se levanto, miro a su alrededor con lágrimas en los ojos, visualizando, un grupo de madres con sus hijos que estaban correteando por la playa, un perro con su dueño y una gran brisa que le despejaba el pelo de la cara, secándole sus lágrimas de añoranza.
Añoranza, de un pasado incierto.
Mari MC.
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