La mujer a pretendido y pretende ser igual al hombre, y nos pertenece en respeto y derechos, pero se ha olvidado, y olvida que no es totalmente así, constitucionalmente, interiormente, nuestro cuerpo actúa y funciona de otra manera diferente al de ellos con lo que nos dona una cierta debilidad hacia ciertas enfermedades y sobre esfuerzos, qué podemos, porque nos pertenece fortaleza, pero que nos conlleva una gran sobrecarga a la gran mayoría de nosotras, porque no olvidemos que también nos pertenece la posibilidad y la función de ser madres, embarazarnos y parir, con el desgaste o sobre esfuerzo que ello conlleva, a todo nuestro organismo. Pero, por una serie de vicisitudes relacionales, por falta de respeto, por incomprensión y dialogo, se ha determinado, a exigir nuestros derechos, derechos que por contrapartida, acarrea, a medio, largo plazo, mayor padecimiento para la mujer, a no ser, que lleve una vida totalmente igualitaria en formas y posibilidades a la del hombre, sin cargas adicionales, que entonces lo minimiza bastante, pero, ya digo, que solo por ser mujer, ya tenemos una vida con subidas y bajadas en calidad de vida, en estar bien, las hormonas, nuestro metabolismo, lo determina, y no quiero que me tachen de machista, ni mucho, menos, cada mujer a de elegir, que camino realmente quiere, sin obligaciones, de ningún tipo, si quiere dedicarse a la familia, esta bien, y nadie ha de decir nada, si quiere trabajar fuera del hogar, también esta bien, ella, es la que ha de decidir que camino ha de tomar, y que vida quiere, para ella y los suyos. Pero debemos, atender, que si se decide por el primer formato, no va ha ser fácil, porque ello conlleva dialogo con la pareja y aceptación por ambas partes, y acuerdos, para que ninguno de los dos, salgan perjudicados en ningún termino, ya sea económico, o funcional.
Solo cabe observar, la sociedad, las relaciones, las parejas, y la duración de sus vínculos, el estrés y ansiedad del cual pocos se libran, y si lo hacen, es porque ya eligieron su vida que les determina a evitarlo, entre ello eligiendo formas, que les ayudan a minimizarlo, o frenarlo. Cómo llegan ahora las mujeres que se han sobre esforzado durante años, llevando, su hogar, su familia, y trabajo fuera de casa... a los 50 años...
Una sociedad, en la cual, la felicidad parece lejos, cuando la felicidad, esta en uno, y se logra, haciendo dentro de las posibilidades de cada uno, lo funcional, lo que no le perjudique, lo que no le estrangule por sobre-esfuerzos desmesurados.
Por eso, ahora, hay cada vez, más hombres que viven solos, más mujeres solas, que no quieren mas cargas sobre sí, y sobre todo se niegan a tener hijos, por el tiempo, y la responsabilidad que conllevan, y saben que es casi imposible conciliar y atender, trabajando ambos miembros de la familia.
Hijos que no se pueden atender como se quisiera, y como corresponde. Y tareas extras, que nadie quiere realizar, porque tod@s se creen poseedores del derecho de tiempo libre, y así es, para ambas partes. Cansados de la jornada, sea, la que sea, ya que toda función determina cansancio, desgaste, y más si hay estrés en ella, mella este último que va marcando a nivel más profundo. Junto si exige esfuerzo físico, que entonces se le añade al funcional.
Para ello fundamental, en una pareja, objetividad, entendimiento, comprensión, y acuerdos, sin que ninguno salga perjudicado, en base a su situación.
Hoy, un tema, que muchos no quieren ver, claridad y ver, lo que hemos formado y estamos formando,
el bienestar personal, del hombre y de la mujer es básico, sin olvidar el de los hijos, y proviene de la comprensión y el dialogo.
Amor, al fin de cuentas, bien dirigido y orientado.
Os dejo un enlace por si estáis interesados en la conciliación familiar...
En el se puede firmar un manifiesto, al día de hoy, como petición a nuestro gobierno, para que se obre en su beneficio.
Por una mejor calidad de vida y bienestar, que hemos de tener, todos. Mujer, hijos, padres, familia, vecinos, amigos. Por un mejor estar. Sin perder ninguno.
Hay que mirar, como hacer, y cada uno desde su situación, su hogar, su convenio, con lo que tiene, y puede, pero ha de ser en unidad, ese es el gran reto. Ver, y ponerse de acuerdo, en bondad y amor, honesto, y tal cual es, pero, por ambas partes, incluidos los hijos, cuando ya tengan edad de entender y de cooperar en pequeñas tareas, o responsabilidades. La Unidad en AMOR. En mayúsculas.
Nadie debería llevar sobrecarga, porque eso carga a los años, en falta de salud. Y por lo tanto, en bienestar, y calidad de vida.
Con amor, Montse.
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