Y cuándo desde tu sentir, tú percepción, desde los ojos de Dios, ambivalente, nos damos cuenta, aunque sea sutilmente, pues estos contrarrestan el mal que pudiere haber, sabes que desde Dios nada hemos de temer, sino los que andan, obran, sienten en la oscuridad, porque ello mismo es el más mal dentro de los males, ya qué se origina, crea desde dentro de uno mismo, y ahí se afianza, acecha, ejerce, obrando, sutilmente, tan, sutilmente, que el que así ejerce, es desconocedor, de todos sus males, proveniente de esta ambivalencia, desde el silencio, pero desde el más fuerte dolor que se implanta, ese es el verdadero infierno, implantado dentro de uno, desde el sentimiento, emoción, obra más dañina para el ser, sin saber, pero ejerce. Mantenerse en La Luz, mantenerse en Dios, y desde Dios. Es, la Salvación. El qué desconoceré, siempre hallara, desde el silencio. Y, ahí, encontrara.... Montse Cobas. Desde el bien, el amor, La Luz, todo