Cuándo la vida está basada en encuentros y desencuentros, cómo la existencia misma, en estados, momentos y etapas eclosionadas, es para hallar la forma, el camino oportuno abriéndose nuevos.
Todo es un estallido, más leve o más fuerte qué nos deriva.
El análisis de la vida de la existencia, es auto controlada y basada en el control de ella.
Así cómo con el tiempo me ha ido haciendo ver, qué el análisis, es oportuno en instancias, momentos únicos de la persona, o de la situación, porque analizar en general es inadecuado, porque cada persona es característica, cada circunstancia por muy parecida que sea, es exclusiva, es un baremo tan enorme de tanto, que nada es igual para otro, es, totalmente desigual, y lo soluciona en base a todo lo de atrás que ha vivido, toda su experiencia y sobre todo a la naturaleza propia qué es indiscutible, un mundo, en el cuál cada uno ha de buscar su solución, su camino, su eventualidad, dentro de la diferencia, formando su propio mundo personal, y de ahí... quién sabe, hay tanto que saber, que sigue siendo indiscutible, los llamados listos son inexistentes, así cómo los llamados inteligentes, los sabelotodos, los nombrados sabios, eso sí existen los ignorantes porque todos lo somos, podemos encaminar, ayudar, pero nada más, porqué somos desconocedores del mundo totalmente.
Menudo baremo. Tantas, tantas posibilidades, tanto genero, tanta forma... ha llegado el tiempo de determinar.
La Vida. La existencia. Tiene nombre.
Un orden.
Montse Cobas.
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