2ª Parte.
Alma, después de salir del hospital, volvió a casa con sus padres, deteriorada mental y físicamente.
La madre sufría al verla, no parecía su hija, estaba sumida en otro mundo, totalmente ida, le hablaba y esta no se daba cuenta, se sobresaltaba ante cualquier cosa o palabra, muy demacrada físicamente, parecía una muerta en vida, sus recuerdos eran mínimos.
Carla que así se llamaba la madre, intentaba hablar de las cosas buenas y de su familia para que Alma fuera haciendo la vida que no recordaba o que había hecho desaparecer su subconsciente, en forma de autodefensa, eso es lo que el médico del hospital y el psiquiatra le habían explicado por el trauma sufrido en el cautiverio, no sabiendo realmente lo sucedido, ya que Alma no recordaba absolutamente nada.
Solo dedujeron lo que los informes médicos dictaminaban, una desnutrición muy fuerte, un aborto sufrido fruto de un maltrato a su persona y mente, debido probablemente a repetidas violaciones, ella no lo recordaba y por consejo médico no debían preguntarle o decirle por el momento sobre lo sucedido, ya que podría originar- le mayor bloqueo del que estaba sumida.
Carla padecía profundamente por su hija, no podía mantener una conversación normal como la que mantenía con ella antes del secuestro, cuando no estaba con ella, lloraba a solas por la situacion de ella.
El padre, desde lo sucedido, siempre estaba de muy mal humor, en cierta manera echaba la culpa a su hija, ya que era un hombre algo machista y por consiguiente egoísta, haciendo sufrir todavía más a su esposa, ya que está no podía mantener un dialogo con el con el fin de dictaminar que hacer para intentar que su hija mejorara.
Carla, añoraba la sonrisa de su hija, la alegría que está siempre mantenía en su vida y la que la rodeaba, las largas conversaciones que lograban cuando ambas tenían tiempo. Se culpaba, de no haberse preocupado por la falta de informacion de ella, buscándola antes con más perseverancia. Haciendo que ella cayera en una depresion, que como ya les comento el médico que atendió a Alma, era bastante probable que sucediera, ya que lo sucedido era inevitable que no influyera en la vida de la familia. Ante esto y por consejo del doctor ambas recibían tratamiento medico, a la vez que debían comenzar con sesiones de psicoterapia cada jueves por la tarde, para lo cual se tenían que desplazar a la ciudad para realizar terapia con el doctor Marcos. Médico que les había aconsejado el centro donde había estado ingresada Alma, especialista en temas de secuestro, maltrato y terapia a las familias de las victimas.
El padre en ningún momento acepto tal consejo, influyendo a la madre, la actitud que este mantenía en casa con ellas, agravando la situacion por momentos. No aceptaba ningún comentario al respecto, ni comunicacion, su carácter se había vuelto agrio y austero, cambiando para mal el ambiente del hogar, cosa que precisamente no era lo aconsejable.
Carla, intentaba hablar con su hija de cualquier tema, no importaba cual fuese, solo quería que ella se abriera a la comunicacion, intentar romper el silencio, sufrimiento, bloqueo que esta mantenía. Consiguiendo solo palabras escuetas y muchas veces frases que no contestaban o se relacionaba con lo que la madre estaba hablando.
Cada tarde Carla con mucho esfuerzo hacia salir de la habitación a su hija e iban a dar una vuelta por el pueblo, se adentraban en las tiendas para intentar llamar la atencion de su hija sobre lo que allí había, pero esta miraba, sin ver.
Su madre se daba cuenta de ello.
Más de una vez ante el estado de ella, Carla con lágrimas en los ojos, abrazaba a su hija diciéndole al oído:
"Alma cielo, te quiero, estoy aquí. Cuanto lo siento"
Alma impasible se mantenía inmóvil sin terciar palabra, es como si no sintiera con ninguno de los sentidos, dejándose abrazar, sin respuesta a la acción de amor de su madre.
Después del paseo, entraban en la cafetería a la cual Carla estaba acostumbrada a tomarse un café con leche.
Las gentes del pueblo, intentaban acercarse a ellas, pero ante la "frialdad" de Alma, estas dejaron de hacerlo, preguntándole directamente a la madre cuando la veían que no iba acompañada de la hija, algunas lo hacían realmente por interés pero otras simplemente por curiosear, Carla se daba cuenta de ello, entonces era muy escueta y contestaba con un "Bien" sin dar mayor contestacion ni explicación, desviándose completamente de lo que le preguntaban sus vecinas.
Llego el primer jueves concertado desde hacia un mes con el psicoterapeuta, Carla hablo con Alma sobre el tema, esta se mantuvo impasible, le comento que debía arreglarse para marcharse viendo en ese momento que Alma cambio de estado, empezó a temblar, con sudor frió por todo el cuerpo, le costaba respirar, los ojos le cambiaron de expresión, estaba aterrorizada, dándose cuenta Carla de que su hija estaba sufriendo un cuadro de angustia.
Intento tranquilizarla como pudo, pero está parecía empeorar por momentos, se sentaron en el sofá del comedor. Carla, cogió la mano de Alma y con voz suave empezó a explicarle que ella iba a estar en todo momento con ella, que no estaría sola...
Si tu quieres que yo entre a la consulta, entro, no te preocupes, vamos juntas y volveremos juntas, yo tambien voy a hablar con el doctor, de eso se trata, de hablar, hablar de lo que tu quieras y lo que estés dispuesta, no te van ha obligar a decir o contestar cosas a las que no estas preparada, tranquila, sigo estando aquí y estaré hasta que tu quieras. Le dijo.
Luis el padre de Alma, las observaba desde la puerta, cuando la madre termino de hablar con su hija, disponiéndose a ir a cambiarse, esté se dio media vuelta y se marcho para sacar el coche del parking, preparándose todos para marchar a la ciudad.
Las dos mujeres subieron al vehiculo y fueron todo el trayecto sin terciar palabra, solo Carla pregunto.
¿Luis, te quedaras en el coche o subirás con nosotras?
Mejor me quedo en el coche, cualquier cosa me llamas al móvil.
La madre, le dijo en voz baja.
Podrías subir, nos encontraríamos mas tranquilas contigo a tu lado, sabes que es algo nuevo para nosotras, Alma va muy nerviosa, es más a lo mejor el médico quiere hablar contigo.
¿Para que va a hablar conmigo? Yo no tengo nada que decir.
Bueno, pero él quizás, quiera preguntarte o decirte algo, prosiguio la madre.
El no contesto.
Mientras tanto Alma con las manos apretadas las unas con las otras, rígida, mantenía fija la mirada a través de la ventana.
Faltaba poco para llegar.
Una necesidad acuciante se instauro en ella, debía ir al servicio.
El padre paro en una gasolinera muy cercana a la ciudad.
Alma, bajo deprisa dirigiéndose al lavabo.
El padre espero en el coche y la madre la acompaño hasta la puerta, ya que se dio cuenta del nerviosismo y el malestar de su hija.
Llevaba unos minutos dentro, Carla al ver que no salia, la llamo...
¿Alma te encuentras bien? Volviendo a picar varias veces a la puerta.
Está no contestaba...
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