La mujer a pretendido y pretende ser igual al hombre, y nos pertenece en respeto y derechos, pero se ha olvidado, y olvida que no es totalmente así, constitucionalmente, interiormente, nuestro cuerpo actúa y funciona de otra manera diferente al de ellos con lo que nos dona una cierta debilidad hacia ciertas enfermedades y sobre esfuerzos, qué podemos, porque nos pertenece fortaleza, pero que nos conlleva una gran sobrecarga a la gran mayoría de nosotras, porque no olvidemos que también nos pertenece la posibilidad y la función de ser madres, embarazarnos y parir, con el desgaste o sobre esfuerzo que ello conlleva, a todo nuestro organismo. Pero, por una serie de vicisitudes relacionales, por falta de respeto, por incomprensión y dialogo, se ha determinado, a exigir nuestros derechos, derechos que por contrapartida, acarrea, a medio, largo plazo, mayor padecimiento para la mujer, a no ser, que lleve una vida totalmente igualitaria en formas y posibilidades a la del hombre, sin carga