Cuándo una persona se va, indiferentemente de la edad, cuándo no nos toca directamente, pensamos... es ley de vida, un día o otro nos hemos de ir, sin embargo, cuándo se conoce, aunque sea poco, algo duele en el corazón, aún sepamos que va a una mejor vida, qué incluso, deja de sufrir, cuándo sufrían enfermedades con dolor, y gran minusvalía, saber que se ha ido para ya no volver...no estar, hace que sintamos padecimiento, tristeza. Y es qué, por mucho que sepamos todo lo anterior, saber que se ha ido a otro lugar no abierto para los que estamos vivos, se siente. El duelo , asimilar, que así es, conlleva un tiempo, disolver la pena, no dejar que se incruste en Nosotros, necesario, para que no nos dañe. No somos duros de corazón, todo lo contrario, somos sensibles desde el Alma, por Naturaleza, aún pensemos qué no nos influye, siempre con alguna persona, o muchas, que se nos van, se percibe una honda tristeza, aún no queramos. Dejar pasar el instante, entretenernos
Entra en un mundo real. La otra realidad.