Ya no es tiempo,
de volver atrás,
sino de seguir hacia delante,
sin darle vueltas a un pasado inexistente.
Ya no es tiempo, de señales indiscretas,
las no vistas, y las sí.
Es tiempo, de misericordia. Hacia uno, y hacia los demás.
Es, otra etapa, otras circunstancias. Otra forma de vida.
Es tiempo de mitigar las señales olvidadas del maltrato,
no, de acusarlas. De percibir, y de sentir, lo que notamos,
añoranzas de un sentimiento qué se allá.
En su recuerdo, nos encontramos. Y, ahí, ansiamos.
Son tiempos de bondad,
de amistad, de misericordia,
del amor que existe en ti, y en uno, juntos,
señalando lo que nombra el corazón.
Y, quedarse ahí.
De avanzar,
de vivir, y de amar, como dice el corazón,
el qué manda, y, el que nos recuerda lo que somos.
Somos, existencia.
Y, así, tenemos.
por Montserrat Cobas.
Hay qué vivir, con el sentimiento, que nos nombra.
Son tiempos de coexistencia, de principio de alteración, controlando, no dejar qué nos enturbien, porqué así marca. La trasmutación imprescindible, la permanencia, la calma, sellando.
Paz. En, el Alma.
Todo es correspondencia.
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