Salir a ese silencio, qué se encuentra en Nosotros,
en pensar, en nuestros sentimientos y emociones,
en nuestros sucesos y circunstancias,
en la vida, nuestra.
Esa que sólo podemos sentir nosotros,
encontramos infinidad de sensaciones,
algunas abruman-tes, esas que molestan dentro nuestro,
qué nos dice lo existente, dañan, algunos sin saberlo,
sin embargo se materializan y dan síntomas,
de qué algo no va bien en nuestras vidas,
algo que hemos de solucionar, tomar decisiones,
tan difíciles a veces, pues nos encontramos con diferentes impresiones,
dejándonos llevar en ocasiones por la bondad, el amor nuestro y por el otro,
sin embargo, no siempre basta, tomando y obligándonos, el tiempo,
los sucesos, las palabras, verdades quizás a medias, a tomar resoluciones,
esas que nos determinan por otros senderos, otros caminos,
quizás, el mejor, muy diferente a lo ya establecido.
Todo, o mucho cambia.
Ir, a dónde tengamos qué ir, dejando atrás, aún con restos de un pasado,
qué deberemos transmutar, aligerar, superar, amar y soltar.
Avanzando. Cuánto cuesta avanzar, sobre todo en las dificultades,
establecidas desde un principio, una vida sin ser fácil, ni cómoda, sino,
con un esfuerzo establecido que a veces nos faltaba la fuerza, pero, ahí,
seguíamos, hacíamos por hacerlo y seguimos intentándolo.
No, sin poco sacrificio, cómo siempre, una vida no fácil.
La mayoría.
Ahí, estamos, procurando, un fin, qué la Existencia se materialice en lo físico, tal cuál es, fluida, sin dolor, suave, en armonía y desde el Amor qué es. Otro Mundo...
Otra materia, otra similitud, otra vertiente qué está, se halla, pero, hay que afincar-la, encontrarla, e ir.
Materializando-la.
Salir a ese silencio, qué se encuentra en Nosotros.
Observando, más, allá.
Por Montse Cobas.
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