Es en el día después dónde todos veremos lo que sucedió,
sin reparo y sin tiempo, al instante,
ese qué nos abre los ojos, serena mente o estrepitosamente,
es salir del silencio cómo una mosca cuando aparece,
es darnos cuenta de lo que realmente paso,
y así darnos cuenta.
Todo, es necesario.
Para aprender y ver, sintiendo en el silencio más abrupto.
La vida es un ojo que abre para vernos desnudos internamente.
Dentro de silencios.
Por Montse Cobas.
Buenos días.
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