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Podemos tener diferentes perspectivas de lo qué estamos viviendo desde hace casi un año, lo cuál no me gusta nombrar, para no darle más fuerza, o , simplemente, no me gusta.
Es una etapa, distorsionada, no se puede ver la verdad o la realidad existente, ya qué detrás de una, siempre hay muchas fragmentadas qué dan origen a la cierta y fuerte.
Son momentos, tiempos....dirigidos al descanso, y cuidarse, pero, cuidado, hay qué saber hacerlo, ya que detrás de todo ello, puede haber desidia y descuido de la propia salud, hay que ejercer diversos movimientos para lograrlo, complejo, ya qué la situación en sí ya ejerce en nosotros en formas de tensiones localizadas y focalizadas, observadas o no, pues la estabilidad ha desaparecido, aunque la de antes pudiera ser engañosa, nunca existió totalmente, ahora, lo vivimos en nosotros, debemos tomarlo cómo una época de reflexión y descanso, aprendiendo a subsistir, esperando que el resultado de todo ello sea más beneficioso de lo qué nos esperamos,
quizás, a veces, percibo, qué detrás de todo ello, sólo se intenta camuflar diversas situaciones, qué no quieren qué se hagan evidentes, pues supondría, la caída de velos profundos, originando una nueva de vida, más detallada, más longeva, no conveniente para la sociedad establecida y quiénes la manejan para su propio beneficio, es saber la realidad y poder salir de ella tras la observación y percepción a la cuál pocos están abiertos, ya que no es fácil llegar a ver, es vivir desde nosotros mismos creando poco a poco nuestra propia realidad, sea, ficticia, o quién sabe, sin darnos cuenta, real.
Estamos en tiempos inmersos en la oscuridad durante mucho, qué ahora salimos de ella, hiendo al ápice de Luz, que se abre, para quienes así lo han trabajado, aún intenten qué así no sea.
A veces, pienso, qué lo qué intentan tapar es la curación, el bienestar qué llega para la humanidad, no todos podrán superarlo, las personas delicadas o qué no estén fuertes por naturaleza, no podrán, sin embargo, el intento, pudiera ser, en qué no se salga de todo ello, no se pueda, una persona, un ser debilitado, es un ser dominado.
Además de otorgarse un resultado qué pudiera no ser tal, porque será adecuada a la tendencia y situación venidera por fenómenos y cambios que se pudieran dar provenientes del entorno lejano y en el éter.
Todo está cambiando, ya no por nuestra influencia, la del ser humano, que alguna tenemos, sino, por lo qué por ley universal, divina, ha de ser y será, muchos habrán de dar cuentas, en y durante el proceso.
Para evitar en la medida de lo posible qué nos dominen, debemos trabajar nuestra fortaleza, sabiéndonos cuidar, no todos los cuidados qué se están dando son loables, aunque intenten hacer parecer qué así es.
Mantenerse al margen, creando nuestra propia imagen, trabajando nuestros cuerpos, lo más qué se pueda, al final, sólo lo hará quienes verdaderamente lo sepan y lo logren, cuerpo físico-mental-emocional-espiritual.
Estamos en una lucha indirecta, qué todo dependerá de nosotros y cómo podamos y queramos accionar, nuestra fortaleza es nuestro verdadero triunfo, aún qué no pudiera parecer por los posibles resultados, en verdad, así será.
Qué la verdad se haga con nosotros, y nuestro espíritu.
En Dios, con Dios, la Fuente Natural, de toda vida.
La Existencia misma.
Los qué queden serán la nueva humanidad, tras una lucha indirecta pero muy real, son formas de manejar la realidad, una realidad encubierta.
Recordar el saber es control de uno mismo, poder y estabilidad...el miedo es control del otro hacía uno, debilidad y sumisión.
La inseguridad la duda es otra forma de control, con la qué deberemos convivir y deshacer.
Todas las formas de control, ejercen en nosotros debilidad, por lo tanto circunstancias adversas en nuestro ser y en nuestras vidas, ejerciendo privación.
Para los más fuertes.
Por Montse Cobas.
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