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Dejar ir, a veces supone de tal fuerza...De idas y venidas.
De saber y conocer, conocernos.
Es, ni qué decir tiene, una visión propia, sin animo de influir, pero,
sí de ayudar en un momento dado que se os pueda presentar.
Simplemente conocer, canalizar y ayudarse a sanar, conociendo.
Dejar ir, supone sentir lo qué conlleva, en ocasiones instantes de gran dureza pero a la vez de gran fuerza por parte de nosotros.
Muchas veces no se realiza a la primera de cambio, cuándo así debería de hacerse en cuánto algo o alguien nos supone inestabilidad, daño, no entendimiento. Y es qué el amor, la ceguera, el querer saber, indagar más... amar...nos lleva muchas veces a resultados no creíbles y muy incomodos hasta qué nos llegan con tal rudeza, qué nos obliga a ver, dolorosamente, sí, pero a ver lo que realmente necesitamos.
Son instantes, momentos de dolor interno camuflado en el sentimiento qué no queremos dejar ir, por desconocimiento, no sabemos qué ello es el causante, o qué ambos están relacionados.
Ocuparse, soltar, dejar que fluya, relajar la zona, la mente, el corazón, y reintegrarse en uno con suma bondad, paciencia, amor, sabiendo que el tiempo es tiempo para ello, y qué cada segundo o minuto que pasa nos va llevando a la transmutación necesaria para reconocer y sanar. Sí, no hay milagro, hay reconocimiento en y por nosotros mismos, sabiendo que la verdad esta en nuestro interior, sin embargo, se puede pensar en la ambivalencia de esos momentos, sí es adecuado o no alejarse, pero cuándo una cosa y la otra nos decanta a lo mismo o casi lo mismo, debemos barajar y pensar en qué tiempos estamos mejor, si dejando ir o no, quizás pueda ser un trabajo en equipo o sola, es muy personal, la cuestión es salir de ese estado para conseguir nuestra tranquilidad y a la vez nuestro bienestar.
Decisión propia, tras el análisis individual, porque no hay dos iguales, ni tres ni cuatro, eres único y tus sucesos van en esa dirección, nunca se debe comparar, puede parecer tan iguales, pero sin embargo existir tantas, tantas diferencias en un caso, qué es lo que lo hace sumamente personal, por eso no al juicio, no a la critica, sí a la ayuda aunque tan sólo sea con la imparcialidad y la bondad del posible entendimiento.
Dejar ir....
En ese mismo tiempo, qué deberemos pasar, hallaremos la solución, el resultado y la corresponsabilidad con nosotros mismos. Encontrando la fuerza necesaria para realizar lo qué debamos hacer en beneficio de nuestra propia vida y de nuestro Ser, Vital.
Porqué a veces, es vital, sumamente vital, gestionar lo que debamos gestionar llegando a una decisión o más de una, tomada con firmeza, sabiduría y saber estar para con nosotros y con los demás.
Obteniendo resultados afables logrando por fin bienestar.
No es fácil, no es rápido, pero es seguro, la seguridad qué pongamos en nuestro interior, iluminando.
Vivir, para existir.
Es, soltar, nada más soltar....
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Música para acompañar.
https://youtu.be/VEiwEQ5TqvU
Buenos, días, buenas tardes.
Dejar ir, qué es lo qué debemos dejar ir, para recomponernos, para hallar la tranquilidad, , para avanzar sanamente, para respetarnos y hacernos respetar, para ser nosotros mismos, salvados de todo mal ambiguo.
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