Ante un mundo interno, y otro externo, las circunstancias, las vivencias qué vivimos, observando qué lo de afuera es en parte indomable, no todos entran dentro de lo razonable, de lo amigable, del propio entendimiento, de la verdad existente, del amor qué se encuentra dentro de nosotros y a la vez fuera, en lo intrínseco de la materia, no queda otra qué llevarlo de la mejor manera, protegiéndonos en la medida de lo posible, aceptando, caminos diferentes existentes qué cada uno elije desde nuestros pensamientos, actos y conocimientos propios o ajenos qué nos ayudan en las elecciones qué tomamos o así debería ser, entonces, en esa imaginación, en ese ver más de lo evidente, esa esencia o esencias qué promueven, pudiendo entender o no, nos hacemos afines a nosotros mismos desde la comprensión y la bondad, siguiendo nuestro camino, ese qué no se ve, pero qué ya tomamos desde hace mucho, sólo cabe seguir y ver hacia donde nos lleva, estamos, ya, en él, y comprendemos, qué no ha todos gustamos, qué una parte se dejan llevar por lo qué sienten sin entender qué es lo qué les domina, priorizando, lo qué no es.
Los miedos, las emociones... circundantes qué podemos sentirlas o no, nos ofrece entendimiento loable sí lo percibimos. Hay qué percibirlas y no tener miedo ha hacerlo, ello nos lleva a la comprensión y al saber, luego, a seguir adelante, fluyendo.
Es. El entendimiento.
Dibujo realizado hace unos minutos, en base a una percepción, integrada en lo dicho anteriormente.
Titulo para la ocasión, vernos.
Vernos interiormente en el conjunto.
Por Montse Cobas.
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