El sacarnos de nuestro "vacío" requiere del vació de otros.
Y en ese silencio y abrupto sonido, se deja entrever bastante.
Pero, por ambos lados, nadie sale inocuo.
Ahora.
En esta etapa qué ya nos inunda a nivel energético, o solar, para qué muchos comprendan mejor, la depuración se hace probable y posible en muchos casos, no sin antes poder ver desde nuestro interior, nuestros defectos o formas neutras sin ningún propósito o no tan neutras queriendo salir de lo qué nos pueda acontecer y a la vez -formas de otros- sin juicio ni manipulación, ver a secas, y sin extenderse, comprendiendo qué todos, todos, estamos aquí para un fin común o incluso doble fin.
Estamos en ese transito de percepción anquilosante qué sin quererlo o queriendo nos permite avanzar, nada se queda quieto, ni impasible aunque lo parezca, todo se mueve, desde lo más intrínseco qué parece que no se halla, pero sí sutilmente promueve un movimiento derivando, deshaciendo o proponiendo hacia dónde y con un cometido indefinible. Esté tipo de movimiento es secreto, nadie lo sabe, ni el propio impulsor mediante palabras, formas o actos, la propia masa energética sutil qué nos inunda va sacando a la superficie, deja ver, lo real, lo verdadero qué se mantuvo escondido, no hay intención no hay forma de evitarlo, sale a la superficie, sólo podrá sobrevivir, mantenerse los qué se liberen de toda carga qué no vibre de igual forma, ella hará qué sea posible hacerlo, pero ante la ambivalencia, pura.
Es decir, nadie sabe quién verdaderamente lo es, solo el proceso lo mantendrá, ejercerá y lo descubrirá en el tiempo, manteniendo la verdad real.
Es, incógnito.
Por Alma azul.
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