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No es qué queramos o pensemos ser perfectos, intocables o fuertes, qué nada nos puede pasar ni afectar, en el mejor de los casos, es qué las posibilidades no son infinitas pero lo creemos, lejanas, y ante situaciones difíciles, sorpresivas negativas, no pensamos qué nos puedan influir, y sí lo hacen, es cuando nos damos contra la pared, por decirlo de alguna forma, dándonos cuenta de qué todo nos afecta en menor mayor manera, reconociendo las consecuencias en nuestra vida y en nosotros, para al final ver qué ante la conciencia de lo qué nos ha pasado, soportamos más de lo qué nos pensamos, y qué todo, todo nos puede suceder, aún estemos totalmente convencidos de algo por ingenuidad, engaños, o manipulaciones, malas creencias, viendo la necesidad de hacer lo necesario loable y oportuno para mejorar y superar, cuándo nos damos cuenta de cómo nos ha afectado, saliendo de uno, nada más qué de uno, con, o sin ayuda, aunque siempre hay alguien qué aparezca, cómo sí tal cosa, no forzado sino porqué verdaderamente quiere, se da cuenta y nos aprecia, para apoyarnos, aconsejarnos, escucharnos, acompañándonos en nuestro camino o en una parte de él, y siempre agradecida, enviando buenas vibras, las vibras y el cariño del agradecimiento. Sutil, pero a la vez benévolo para ambos, y así es la vida, seguimos hacía delante, viendo realidades, superando todo lo qué se pueda y lo qué aún no haciendo por conseguirlo, porque al final es lo qué vale, la voluntad y la fortaleza de cada uno, desde nuestro amor interno propio y bondad qué sale de nosotros mismos, y así, avanzamos.
Creciendo, y no de altura ni de ancho, qué también se puede dar, sino cómo ser humano y personas qué somos.
Y ahí aquí estamos, en todo proceso, el proceso de la vida, aunados con la propia Existencia, de estar aquí, de existir, qué sí lo percibimos con buena actitud, nos da la oportunidad de ver lo mejor de estar, aquí y ahora, dejando atrás, porqué siempre se deja atrás, lo qué ya no es, ni debe ser, reconociendo, viendo una nueva Luz, una Luz en nuestro trayecto, qué nos lleva.
Aquí, ahí....
A dónde tengamos qué ir, restablecidos, restableciéndonos, siendo conscientes de un ser humano débil pero a la vez fuerte, incluso muy fuerte, qué no se deja arrinconar pase lo qué pase, estableciéndonos.
Ahí, aquí.
Ahora, en un lugar, en este lugar. En el cuál nosotros estamos. El qué nos toca.
Por Alma Azul.
La Fortaleza del Ser.
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