Nosotros. En el hoy.

 

Cuándo estrechamos lazos es cuándo de verdad conocemos, sí hemos hecho bien o no, y con ello habremos de vivir hasta qué obremos una solución, sí se requiriera.

En ese momento, es cuándo un estallido se obra en nosotros ante la nueva realidad, incomoda en ocasiones, muchas veces inimaginable, aunque a veces la hubiéramos percibido o intuido o sabido. 

Sucumbiendo un remolino de emociones en nosotros, sabiendo y sin saber qué hacer, pudiéndonos llevar por alguna de ellas qué son las qué marcan el desenlace. Un desenlace qué puede influir a muchos sin querer o queriendo, es cuándo nos damos cuenta de lo realizado en nuestra vida, de decisiones o no tomadas qué nos han llevado a ese conocimiento qué se integra en nuestra vida, teniendo qué accionar para un nuevo comienzo otra realidad diferente qué nos encontraremos, para bien o no tan bien en apariencia, es cuándo no pudimos elegir o lo hicimos mal, y ahí de vuelta nos ubicamos, con nuestro yo personal, desarraigando emociones y sentidos desconocidos por nuestra persona hasta ese instante. Es momento de soltar y reconocer, accionando con más fuerza para conseguir lo qué nunca conseguimos por falta de ella o desconocimiento, siendo un comienzo, otro nuevo comienzo, ante lo no conocido qué se halla. Ahí, para nosotros.

El destino hizo y volverá ha hacer, ahora ya más conscientes, tomando entonces las riendas de nuestras vidas, de nuestras secuencias, de lo sucedido, observando nuestra profunda responsabilidad de la qué hay qué tomar mano, haciendo gala de todas nuestras capacidades posibles, para salir de un descubrimiento y qué es de necesidad solucionar, nunca es tarde.

Ánimo, y fuerza, buenas tomas de conciencia y soluciones, todos de una manera o otra estamos en ese proceso.

Sé consciente qué la nueva realidad se obra, y lo hace a nivel muy profundo, tal cómo la propia consciencia de la Esencia Madre, haciéndonos ver, sentir y de obligación obrar, cada uno tal cómo le pertenezca y necesite, hay sumas direcciones. Pero, el principio, es ver, reconocer y soltar, aflojar, liberar, desde tu esencia más profunda, liberando nudos, lazos, bloqueos qué parten de ahí por vivencias a transmutar y redirigir.

Buenos días siempre desde nuestro ser interno.

Siempre es momento cuándo conocemos, y lo hace en su tiempo.

El necesario por lo venidero y existente, cada uno en nuestras vidas.

Algo siempre hay, la cuestión es la necesidad subyacente y real de importancia, a analizar, y saber.

Y siempre hay movimiento, siempre se obra, en cada infinita y milésima parte de la esencia. Estamos en ella.

Pero, ahora desde mi capacidad de visión, está siendo transmutado y sanado, cuándo se dan las condiciones oportunas, qué las hay. Y más de lo qué se piensa, de la forma qué ya dije arriba.

De las vivencias internas qué todos estamos teniendo, pero sobre todo sintiendo, es la única forma de sacar lo arraigado en la profundidad del ser a la Luz, y con ello, ser sin heridas ni residuos de ellas.

Qué es lo qué viene.

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Ante todo se consciente de cada emoción, de lo qué sientes, y respira profundamente, soltando.

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