Existen sanadores espirituales, emocionales y del cuerpo físico qué están capacitados para ver el daño, el mal en una situación, en una persona, o en un cuerpo vital, probablemente en sus primeros tiempos no sean conscientes hasta qué después de un tiempo de ejercer, de ver y constatar resultados, se dan cuenta de su predisposición, a partir de ahí empiezan a ver la necesidad de ser pruduntes, de analizar y ser observadores antes de dar cualquier paso importante referente a ellos, son un acumuló de experiencias qué tras el tiempo les determinan a ser cómo son, desde la conciencia más intrínseca y del amor, dando lugar en lo referente a la percepción de los demás hacia ellos, de personas solitarias, desconfiadas, excesivamente nobles pues determinan hacer sólo el bien, qué se excluyen, pero es qué han de ser prudentes, mediadores ya qué esa situación existe y qué si no es determinada a tiempo puede obrar males mayores en ellos, un ejercicio constante de transmutación, qué es lo qu
Entra en un mundo real. La otra realidad.