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Voy hacer una reflexión en cuánto diversas circunstancias intrínsecas, veo la energía sí me pongo a ello, observando...
Sí tengo la particularidad de mejorar la salud o lo adverso de las personas, circunstancias o sucesos..., he de ver la energía qué lo promueve o se encuentra, cómo ya dije arriba me he de poner a ello normalmente a no ser qué sea algo muy fuerte... Muy evidente, al menos para mi.
Cuándo algo no va cómo quisiéramos, lo contrario de bien, a nivel general. Hemos de ser capaces de observar lo qué se ha gestionado o se esta gestionando adversamente en contra de alguien o de algo, y para eso se ve la circunstancia energetica qué si fuera positiva no se generaría este inconveniente negativo.
Por eso ver lo qué se está haciendo incorrectamente o lo qué hay de igual forma, es el primer paso para poder solucionarlo o evitarlo en la medida de lo posible.
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Ahora voy al tema qué quiero tratar, estamos en una etapa, vamos a llamarlo así, en la cual está resurgiendo de lo más profundo a nivel esencial, ya sea lo negativo qué se halle cómo lo positivo, dependiendo de cada uno a nivel individual y las circunstancias qué pueden estar derivadas de muy atrás, incluso ancestrales, familiares. En éste proceso tiene mucho qué ver las energías, esencias entrantes qué se quieren implantar a nivel planetario, pero a veces observo, cómo dos mundos distintos derivados del día y de la noche. Ellos son unos, porque hay más, entonces, en esta situación, de depuración durante el día, y de restauración por la noche sino somos afectados por la energía contraria a la del día y la cuál se mueve más fácilmente por las características qué se da en la nocturnidad, sin hallarse la del sol su sinergia.
Son dos mundos, el del día caminamos esencialmente y físicamente por un entramado esencial qué nos va derivando con un sin fin de posibilidades, queriendo encontrar el camino qué queremos sí nos ponemos a ello, o el qué inconscientemente dirigen...
El de la noche, a través del sueño podemos movernos muchas veces sin saberlo, por diversas dimensiones qué nos dan la posibilidad de ir para atrás o para adelante, con un fin determinado, desconocido. experiencias qué sin saberlo alguna huella en nosotros deja, de ahí el recuerdo, el déjà vu, o lo premonitorio mediante el sueño.
Ahora es cómo una preparación a lo nuevo, a nivel esencial, me refiero, preparación qué según la capacitación nos derivara.
Y en ese punto estamos.
Yo. Montse Cobas.
Sin más.
En ese momento de reflexión qué me ha llevado por minutos a ir un poquito más allá.
Muy buenos días. 🌞
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