Y hemos pasado.
Hemos pasado de sentirnos valiosos por nosotros mismos y para nuestro entorno cercano, siendo felices en el desconocimiento total, llenos de ilusiones, de amor y de ingenuidad rota.
Tiempos pasados fuimos bienaventurados ha ratos o muchos, pocos ratos. Dependiendo de cada uno y nuestras propias circunstancias, del lugar dónde nos hallábamos o vivíamos.
Tiempos lejanos en la lejanía.
Dónde los sentimientos eran los qué eran, propios, según nuestra esencia, totalmente desconocedores.
Cada uno evolucionando y viviendo según la suya, encarcelados por ello mismo.
Ansías del cambio, de la transformación, esperando un trabajo, un proseguir y una determinación en nuestra vida según nuestra fuerza y deseos, trabajadores en demasía con la esperanza del logro en el tiempo, coartados, en casos, impedidos por las circunstancias y vivencias qué nos tocaron, sin saber, ni tener ni idea de lo habido, se desconocía todo, y en ello la incertidumbre cuándo llegaba lo improvisto negativo y no buscado, emergiendo los poderes, qué se desconocían por aquel entonces, o al menos cómo es realmente. Suplantación de seres y de energías para sus fines, ahora visto.
Hoy dentro de la sapiencia, de la conciencia y su apertura, vamos viendo mucho, mucho más qué antes, observando las posibilidades, y la existencia de un todo inimaginable.
Y en ello la reacción en cuánto lo existente con mayor entendimiento y comprensión, o no, dependiendo, siendo en ocasiones meros observadores, aprendices de un mundo eterno.
Y hemos pasado de no ver, a ir viendo, sentimientos buenos, y no tan buenos, los primeros cómo desapareciendo, o quizás poco existentes, ahora menguantes, hasta qué reaparezcan en el momento adecuado.
La envidia tan interna...junto a otras emociones no positivas se percibe en este instante cómo un desespero de querer y no poder, el sufrimiento qué sobresale por ver en el otro lo que desea ampliamente, creyendo no poseedor o no poderlo conseguir, sin saber qué todos pueden, sólo falta pasar y ejercer lo qué el otro realizo, son circunstancias, sacrificios, mucho trabajo, mucha superación, mucha conciencia y entendimiento , y más, y hablamos dentro de lo qué es justo en merecimiento. Es la fuerza de voluntad, la constancia, el buen y bien hacer, la capacidad de buscar las formas adecuadas para conseguir los deseos de cada uno, porque es individual, y nada cae del cielo porqué sí.
Y sí pudiera parecer qué el otro no lo merece, qué le viene solo sin esfuerzo lo bueno, pero sólo son vivencias, son experiencias, son pruebas, diciéndote en general no sólo en este caso, mira esto toca, a ver qué haces con ello para mejorarte como Ser, para evolucionar y para avanzar, para sanar y reconocer lo qué así has de hacer, escogiendo en el debido momento, lo más conveniente para lograrlo, no sin esfuerzo de todo tipo, empezando por lo qué se siente en nuestro interior, vencer nuestros miedos, sacrificarnos de tal manera para poder ir haciendo lo que se debe hacer para llevar nuestra vida adelante, sea la qué sea, siempre desde el amor intrínseco supremo, sustentando al otro, o otros, y sustentándote por otros, ley del cambio, la inercia qué se presenta de diversas formas no siempre justas e incluso contradictorias. Es el universo en vista de la existencia y no sólo de esta qué te presenta todo lo necesario para llegar a la finalidad de toda humanidad, de todo ser, escalando grados, ahora, más adelante, o en otras vidas, la superación no es inerte, es necesaria y eso cuesta, porque a veces duele, molesta, se requiere de fuerza, de voluntad, de accionar, de vivirlo, y no todos están dispuestos o no son capaces, depende, el genérico no existe, todo cambia, en base a las influencias y lo existente, y hasta eso debemos ser capaces de transformarlo, y así un prosigue.
Y hemos pasado, y pasaremos por todo, para sentir, para aprender, para entender, para ver, en estos tiempos de Dios qué nos llevan y determinan....
Hacia dónde esa es la completa diferencia, empezando por lo qué movilizamos en nuestro interior, emociones, bajas, o altas, las cambiamos sí es necesario y somos conscientes y consecuentes?
Ese es el kit de la intención, del bien, del bien sobrevivir, vivir, aprender hacerlo, en armonía, nadie viene enseñado. Nadie.
Y hemos pasado, de no saber a ir sabiendo, poco a poco, de a poquito a poquito, hasta qué la claridad es tal qué nos lleva a un mayor entendimiento, el qué poco a poco se genera, se forma dentro de nosotros, y entonces soltamos, hasta eso debemos aprender, a soltar, y liberarnos, de lo qué tengamos qué liberarnos.
Y hemos pasado del amor a la intolerancia, del altruismo al egoísmo, de la explotación generada por nosotros mismos, a una explotación qué nos lleva a la insatisfacción más compleja, viendo la realidad, una detrás de otra. Y hasta eso deberemos de saber qué hacer con ella.
Todo, todo tiene un cometido, la cuestión es sí somos capaces de verlo, y por sobre todo en el momento adecuado para avanzar sustancialmente, se nos va a poner delante diversas oportunidades, las escogemos, o miramos para otro lado, eso ya depende de cada uno de nosotros, de nuestra complejidad y acción de movimiento en la dirección correcta, única para cada uno de nosotros, porque la determinación se forma ahora, con toda la objeción y vitalidad qué disponemos y somos capaces de accionar según nuestra evolución de bienestar deseado y qué somos capaces de crear por nosotros mismos..
Otra prueba, otra entre muchas.
Y hemos pasado, por todo...y pasaremos 🤔 Dentro de la incondicionalidad (y iba a decir más absoluta, aquí lo dejo, pues es lo qué me fue inspirado).
Hoy día muy emocional, de sentir, dentro, mucha emoción, comprendiendo, es sacar el sustento del dolor padecido sea por lo qué sea, porqué todos de una forma lo hemos padecido, aquí, allá y más allá, necesario rescindir, sacar y depurar. Sanar, curar, siendo un ser nuevo, para lo nuevo qué viene esencialmente, o ya se esta dando. Pero, habrán más cambios. A éste nivel.
Porqué la progresión sigue.
Universo-Esencia Vitalicia.
Por Montse Cobas.
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