¿ME PERMITES ESTAR CANSADA? ¿Me permites estar cansada? Le decía el cuerpo al espíritu. Cansada, cansada, hasta la médula. Sufrimiento minorado agarrotando la persona. ¿Me permites estar cansada? entre silencios entrecortados le decía. Sobreponiéndose se esforzaba. No quería. Palpitando se escuchaba. Cansancio que viene y va. Sorprendiendo a cualquier hora. Cuerpo que se cansa, espíritu que se rebela. ¡Descansa! una vocecilla le decía. Ignorándola hasta la saciedad. Hasta que año tras año averiguo, que su cuerpo no cuido, gastándose más y más. Una vez pasados los años aprendió. Que el cuerpo hay que cuidar. Hacer caso de su reclamo y descansar. Que espíritu y cuerpo van unidos. Si uno falla, falla el otro. Si el espíritu es mancillado el cuerpo también lo es. Si no hacemos caso de los avisos de nuestro traje, nuestra esencia por inercia desfallece. Por eso si algo aprendió a través del tiempo, es que si el cuerpo pide descanso hay que darlo. Si el espíritu quiere llorar hay que dejar q
Entra en un mundo real. La otra realidad.