No perder el foco de lo qué queremos y buscamos en nuestra vida sin separarnos de Dios nos ayuda en nuestro propósito. Dejar de lado la espiritualidad, es olvidarnos de nosotros mismos. Con lo cuál obtendremos resultados correspondientes, nada adecuados. El Ser interior propio a de ser cuidado y atendido para qué todo fluya convenientemente, encontrándonos bien con la fuerza y voluntad casi inquebrantable. Observando nuestros miedos, nuestros bloqueos y subsanándolos. Es un trabajo de constancia, discernimiento, observación, subsanación y de tiempo, mucho tiempo. Ya qué existe mucho de atrás, llegando incluso a lo ancestral, por lo qué puede conllevar toda una vida, además de la transmutación asimilación de la vida actual y de su día a día. Muy buenos días. Por Montse Cobas.
Entra en un mundo real. La otra realidad.