EL CARRITO DE AAHAN. En un pueblo lejano de la India vivían dos aldeanos de mediana edad. Se habían criado en el lugar y a la muerte de sus padres decidieron no emigrar a diferencia del resto de los jóvenes de la aldea, uno por miedo al cambio y otro porque se sentía a gusto con la vida que llevaba. Aahan era un hombre que todo lo que hacia era porque lo sentía y le gustaba, cuidadoso y respetuoso. Seguía en su tierra porque estaba enamorado de ella. Aarhus era todo lo contrario, siempre estaba refunfuñando y protestando por todo, descuidado y mal educado. Se le notaba que no era feliz con la vida que llevaba, pero tampoco estaba dispuesto a cambiarla. Aahan tenía sus tierras siempre al día, muy cuidadas. Para ello poco después de salir el sol ya estaba en pie. No se hacia notar, lo hacia sin alterar el lugar. Cogía su carrito totalmente silencioso y con el se dirigía cada día a un prado diferente. Cuando volvía de realizar las tareas en el campo determinado, con la hierba y verdura n
Entra en un mundo real. La otra realidad.