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NARRACIÓN, LA MASCARA.

Jacobo, era un muchacho de 23 años, al cual le gustaba, mucho el teatro, apuntándose a todos los cursos y obras que pudiera haber en su alrededor, para actuar y aprender a ello.
Le encantaba ejercer el papel de diferentes personajes, sobre todo cuando ello con llevaba, ponerse una mascara, entonces, el se liberaba, relajaba, actuando de una forma increíble, haciendo participes y creyendo en el personaje tanto el, como las personas que lo observaban sentados en el sillín de la sala del teatro.
Tanto le gustaba, que le creó una dependencia al uso de la mascara, usandola en su vida diaria, creando diferentes personajes en su vida real.
Así, no se le veían los rasgos reales ni las expresiones que realizaba, al hablar con otras personas, no dejándose ver su verdadero yo, con miedo a que estas le descubrieran.
Se divertía, pasando desapercibido, tratando a sus amigos e incluso familiares con la mascara puesta, tan real al personaje o persona que formaba, que era imposible ser reconocido.
Las mascaras, se las realizaba en otra provincia de donde vivía, las encargaba a un gran profesional en la materia, aprendiendo esté, incluso a maquillarse de la forma que se hacia en el teatro, así que prácticamente quedaba perfecto.
Iban pasando los días, había formado diferentes personajes y diferentes historias de estos.
El sabia a quien trataba, pero las personas que conocía no sabían que era Jacobo, pensaban que era José el chico que trabajaba fuera de la ciudad o Arturo el que trabajaba en una oficina del centro.
Sacaba y daba diferentes informaciones, algunas reales y otras no tanto, divertiendose con ello, al ver que nadie se daba cuenta de ello, incluso, realizaba actos nada buenos ya que sabía que era dificil, que lo pillaran.
Un día vino a la ciudad, Marta, una chica a la que había conocido, hacia un año.
No se relacionaban mucho ya que vivían lejos, pero mantenían una amistad, incluso, había entre ellos, algo de atracción.
Marta, realizo una visita al domicilio de Jacobo, sin avisar, ya que pretendía darle una sorpresa.
En el momento que se dispuso a llamar a su puerta, esta se abrió, apareciendo "José".
Marta sorprendida, le saludo.
-"Hola, perdona,¿ aquí vive Jacobo?

Jacobo, se la quedo mirando, con nerviosismo.

-Si, si que vive aquí, es compañero de piso, ahora no se encuentra. Ha salido.Cambiando el tono de voz.
-Pensaba, que vivia solo, contesto Marta.
-Bueno y era así, hasta hace poco, que me he unido a compartir su vivienda.
-¿Sabes si tardara mucho?
-Hasta la tarde no vendrá.
-Bueno, como sabe mi número de teléfono dile que he estado aquí y que me llame, que estoy en la ciudad.
-Vale, ya se lo diré.

Jacobo, sabia, claro esta, las costumbres de Marta, algunas porque se las había dicho ella, y otras porque se las habían dicho amigos comunes, algunos de más tiempo que Jacobo. Así, que se dirigió a una cafetería que sabía que muy probablemente la encontraría tomándose un café, pero fue con la fisonomía de José.
Al entrar a esta, Marta acababa de entrar, girándose en ese preciso instante, como si alguien la hubiera llamado.

Dijeron Hola simultanea mente.
-"Que casualidad" dijo "José.
-Si, si que es una casualidad,¿ has podido hablar con Jacobo?
-No, tenía el movil apagado,
-Bueno luego lo llamo.
-Si quieres nos podemos sentar juntos a tomar un café, comento "José"
-Bueno.
Eligieron mesa, y estuvieron un buen rato hablando.
Cuando se dirigían a salir, Marta le realizo una pregunta a "José"
-Sabes que tienes algo de Jacobo, no seras familiar de él.
"José" se quedo sorprendido, pues era la primera que sacaba un algo de Jacobo.
-No, que va, somos amigos, nada más.
-Pues has cogido formas de él. Tus manos incluso tienen el mismo tamaño, la expresión de tus ojos, no sé, yo diría...
"José decidió seguir el juego, pues se lo estaba pasando bien, le encantaba, ver intrigada a su amiga. Aparte de que quería sonsacarle algo más,sobre todo lo que pensaba de Jacobo y lo que le unia a él, si era un vinculo de amistad o algo más. Así que siguio siendo José por un rato o tiempo más.
Dieron una vuelta por los alrededores, hasta que Marta decidió llamar a Jacobo.
"José" en ese momento se despidió alegando, que tenía visita con el médico, alejándose apresurad-amente.

A pocos metros de allí, sonó el móvil de Jacobo, lo cogió torpemente, por la situacion generada.Casi, se le ca al suelo.

-Hola, contesto, Jacobo.
-Hola, soy Marta.
¡Caray, que dificil es encontrarte!, he estado en tu casa y no estabas, por cierto, he conocido a tu compañero de piso.
-¡A sí! ¿Y que tal? pregunto Jacobo
-Bueno, muy majo, pero un poco pesado, me lo he encontrado en la cafetería y luego, me ha acompañado a dar una vuelta, buf, si que habla.
-Si, un poco, contesto Jacobo, así que haciendo nuevos amigos.
-Hombre, amigo casi forzado, estaba en tu casa, me lo encuentro en la cafetería, bueno que te voy a contar...
-Bueno, que te parece, si nos vemos esta noche, comemos algo en algún sitio y charlamos, ahora que estoy en tu ciudad.
-Esta noche, pues tenía cena con José, si no te importa, le digo que venga, me sabe mal dejarlo solo, ya habíamos planeado cenar juntos.
-Vale, aunque me parece que vamos a oirle más a él, que la conversacion que podamos tener nosotros. Yo mañana me voy, y me hubiera gustado saber como te han ido estos meses.
-Bueno, por eso tranquila, han sido unos meses, muy monótonos, casi no hay nada que contar.

Quedaron a las 9 horas en un restaurante que había en la esquina de casa de Jacobo, cerquita del hotel en el que se hospedaba Marta y de la casa de esté.
Así, que estupendamente, no tendrían que coger coche ni taxi.

A las 9h Marta, estaba en la entrada del restaurante, no le gustaba hacer esperar.
A lo lejos vio venir a "José", -solo-, esto a ella, le estaba diciendo algo, decidió esperar, a la vez, que le estaba dando vueltas a las similitudes de "José" con Jacobo.
En un momento de su pensamiento, le vino a la mente, una cicatriz, que tenía "José" entre los dedos de la mano, "tal cicatriz como una que tiene Jacobo" en la misma mano y en el mismo lugar. La expresión de sus ojos, el mismo color, tenían un color miel, muy bonito, a ella esto le estaba diciendo...

-Uf, que pronto has venido, le dijo "José"
-No, no te creas, como a la hora que quedamos, ¿Donde esta Jacobo?.
-No puede venir, le ha surgido un inconveniente familiar.
-¿Qué ha pasado?
-Su hermano, que se ha puesto enfermo y lo han tenido que llevar al hospital.
-Jacobo, no tiene hermano. Contesto Marta.
-Si, si que tiene, igual no te lo ha dicho.
-Según me dijo, fue un hijo muy deseado, pues a sus padres le costaron mucho tenerlo, y luego su madre no pudo tener más.
-Yo le he entendido hermano, a lo mejor me dijo primo.
Marta, empezó a entrar en ebullición mental, pues le sonaba todo... a tanto engaño.
-¿No seras tu su primo? Sigo pensando que te pareces mucho.
-Qué no, que soy solo un amigo y compañero de piso.
-Bueno, bueno, tanto interés por Jacobo, no sera, que te gusta un poquito.
-Eso es algo que no te voy a decir, el no parece muy buen amigo, cuando parece que me este evitando e incluso engañando.
-Engañar, que te va a engañar, solo que no a podido venir mujer, ¿no te sirve mi compañía? dijo "José"con una sonrisa un poco burlona.
-Las compañías que yo eligo han de ser buenas, sinceras y sin engaños ni mentiras, si existe esto último, no son amigos, ni compañías.
-¡Huy que filosófica parece que te quieres poner!, contesto "José"
Marta, mirándole la cicatriz, que tenia en la mano, le pregunto, ¿no tienes algo importante que contarme?
-En mi vida no hay nada de importancia, hasta hora es muy monótona.

Marta, se levanto, airada de la silla, se dirigió hasta la puerta y se fue.

"José" se dio cuenta de que la diversión que tenía hasta ese momento, se le acabo de golpe, sintiendo en todo su ser, un mal infortunio en su interior.

Ella se dio cuenta de que Jacobo, era el que estaba en la mesa, que mantenía el engaño y no tenía interés de sincerarse y presentarse, decidiendo que aunque ella lo apreciaba, y sentía un algo por él, esté no le convenía.
Pensando dedicar ese tiempo a los que sí, le habían demostrado, su amistad y su sinceridad.

LUNA SERENA.

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