NARRACIÓN CORTA: Carlitos el niño que trajo la paz. BORRADOR, INCLUIDA EN EL LIBRO CUENTOS CON MENSAJE.
Juana y Pedro, eran un matrimonio que llevaban 15 años casados, eran muy felices, se entendían tan bien, que a veces no necesitaban las palabras.
Con la mirada les llegaba para hacerse entender o para decirse lo mucho que se querían.
Una tarde Juana venía del médico, por ciertas molestias estomacales, cansancio y mucho sueño, en su cara se veía una expresión nueva, brillante, con una sonrisa llena de ilusión y de esperanza.
Tenía una noticia que darle a su marido y por la evidencia, no era mala, todo lo contrario.
Se acerco al negocio que tenían cerca de su casa, no podía esperar para anunciarle el suceso que se había dado en ella.
Cuando entro por la puerta su marido se quedo extrañado pero a la vez alegre de verla, en su rostro se reflejaba la ilusión que impregnaba en su ser con solo mirarla.
Eran de los pocos matrimonios, que después de tantos años de casados, mantenían el enlace que se forma entre dos personas enamoradas, manteniendo la complicidad de sus gestos y de sus corazones.
Se miraron a los ojos, con una sonrisa plasmada en su cara, cada uno por diferentes motivos.
Al fijar la mirada en la de ella, enseguida se percato que algo sucedía, subiendo le un halo de energía por todo el cuerpo. Ella se acerco y le plasmo un beso lleno de amor.
¿Qué pasa?
Adivina, le contesto ella.
Pues no sé, así a lo seco, no se me ocurre, ¿A venido tu madre a pasar unos días?
No,
Cogiéndole la mano a Pedro, se la acerco a su vientre.
¿Qué sientes?
Se quedo perplejo por un instante.
¡ No puede ser!, ¿como?
¡Hombre esto es facil de saber,estas cosas pasan, a nosotros tambien, después de tanto tiempo...!
Ha sido una sorpresa, ya nos habíamos hecho a la idea, pero...¿que te parece?
¡Que me va a parecer! Es estupendo. ¡Uf! un bebe en casa. Va a venir con unos padres, un poco mayores, pero no somos ni los únicos ni los primeros dijo Pedro cogiéndola en un abrazo que no olvidarían nunca.
Estaban felices, muy felices.
Enseguida determinaron dar las noticia a sus respectivas familias, cada uno a la suya ya que la familia de Pedro, no quería mantener relación con su esposa, pues no aceptaron a Juana, porque provenía de clase pobre.
La familia de Juana, se alegraron muchisimo, presentándose en la casa de la pareja por la noche para celebrarlo, no podían esperar.
Sin embargo, los padres de Pedro, la noticia la aceptaron muy mal, entablando una discusión por teléfono, con su hijo, cosa que Pedro no estaba dispuesto a tolerar.
"Ya es hora que cambiéis, no estoy dispuesto, a que me estropeéis la alegría que siento, sino estáis dispuestos a cambiar, tendremos que dejarnos de hablarnos y de vernos, porque no voy a consentir que sigáis con el desprecio hacia Juana y ahora hacia mi futuro hijo. Vosotros mismos."
Despidiendo-se con toda la educacion del mundo, colgó el teléfono.
En el momento quedo entristecido, quería a sus padres, pero la situacion ya se pasaba de largo.
En ese momento, se dio cuenta, que el desprecio que le hacían a Juana, la persona que más amaba y que le llenaba de felicidad, se lo estaban realizando a él tambien, se sentía mal y empezó a entender a su esposa.
Intento sobre-ponerse ya que en su interior se movilizaban sensaciones no gratas, con ganas incluso de llorar.
Era feliz, sumamente feliz con la noticia de la próxima llegada de su primer hijo y sus padres no eran capaces de sentir lo mismo por el que sería su niet@, eso le dejo mal.
Camuflo el comportamiento de sus padres a Juana, aunque ella ya se lo imaginaba, entristecida por la situacion originada ya que le gustaría llevarse bien con ellos y ser una familia común, en la cual se pudieran entender.
Fueron pasando los meses, los padres de Juana, la ayudaban en todo lo que necesitaba su hija y en los preparativos de tener la casa y la ropita del bebe en condiciones, para cuando este llegara estuviera todo en la necesidad del pequeño.
Juana caminaba un rato con su marido después de cenar, estando ya bastante avanzada en su estado. Faltaban dos días para Navidad , caminando por las calles adornadas del centro de su ciudad, se encontraron frente a frente con los padres de Pedro.
Juana llena de ilusión y de esperanza de que los padres de este cambiaran su actitud, hizo el gesto de acercarse para darles un beso, pero estos, lo único que hicieron fue desviarse de ellos con semblante orgulloso.
Las lágrimas asomaron a los ojos de Juana, no solo lo sentía por su hijo, que en ese momento, hizo un giro en su vientre, como si él, sintiera el rechazo y la tristeza de su madre sino por Pedro.
Sabiendo que el sufría por la situacion originada, incluso se sentía culpable del rechazo.
Pedro, no estaba dispuesto a que su mujer sufriera y menos en su estado, la cogió y la abrazo, con un poco de dificultad por el vientre abultado, sintiendo que su hijo era participe de toda la situacion, esté se movía, haciéndose notar en el vientre de su madre, se acerco al oído de su mujer, diciéndole palabras llenas de amor.
La hizo sentarse en un banco, diciendole que le esperaba, que enseguida venía.
Se alejó de ella a paso ligero hacia la dirección por la que se habían ido sus padres.
Los encontró mirando unos escaparates cercanos, les pidió para hablar con ellos.
En un principio, se negaron alegando, que había preferido el amor de su mujer al amor de ellos, que eran quien los había criado.
El simplemente les dijo, que en ningún momento les había dejado de querer, que eran ellos los que se habían alejado, rechazando a Juana, sin ningún motivo, incluso ahora a su propio nieto, sangre de su sangre.
"No sabéis lo que os estáis perdiendo". Juana, es una persona maravillosa, llena de amor, os habéis perdido los meses de embarazo de Juana, los meses más hermosos de mi vida.
Si tambien os queréis perder el nacimiento y crecimiento de vuestro único nieto, no sabéis cuanto lo siento, porque somos una familia, y lo hermoso es poder llevarse bien, dar y recoger lo que una familia se puede aportar, el dinero es importante, pero no se puede comparar nunca con las personas y su valor, os arriesgáis a perdernos totalmente. Adiós. ¿AH? Feliz Navidad
Tanto os cuesta dejar de lado el orgullo.
Poner de vuestra parte e intentar querernos a todos.Prosiguio Pedro.
Los padres de Pedro, no se quedaron insensibles a las palabras de su hijo, estas les había llegado a su corazón, querían a su hijo, era Navidad y se encontraban solos.
Sí, con una cena en un gran restaurante, pero sin lo esencial, que empezaban a echar de falta.
Empezaron a pensar,
¿De que les servia el dinero, si no lo podían disfrutar con quien tenían que hacerlo?
El dinero, no compensaba la falta de amor y la necesidad de estar con su hijo, empezando a entender que si su hijo era feliz con Juana, quizás podían dejar de lado las diferencias que tenían hacia ella, empezando a sentirse mal con su comportamiento.
Las palabras de Pedro, les había hecho reaccionar positivamente.
Pedro, volvió entristecido y enfadado, encontrándose con Juana, con semblante rígido y lleno de dolor.
Pensando que era por lo sucedido, le dijo: no te preocupes, no le des mayor importancia, algún día tienen que cambiar, ¡ya veras!
"Pedro, no es por eso, creo que el parto se ha adelantado"
¡Qué dices, si falta casi un mes!
Pues no sé, con voz temblorosa, intentando aguantar el dolor sentía.
Espera,
Pedro se acerco a la carretera, llamo un taxi y se dirigieron a la maternidad.
Ya en esté, la comadrona, le dijo a Juana que estaba de parto.
Su hijo estaba de camino.
Pedro, llamo a la familia de su esposa, y tambien a la suya, por lo menos para que supieran que su nieto, estaba próximo a nacer.
Los padres de Juana, llegaron nerviosos, preguntado como estaba su hija.
Ella estaba bien, pero el parto parecia ser que se iba a alargar.
Y así fue.
Juana estuvo un día y medio en el esfuerzo de traer su hijo al mundo, llegando en la noche buena.
Un niño hermoso, no hizo falta ponerlo en la incubadora, sano y regordete, cuando este fue a los brazos de su madre, una inmensa emoción, nunca sentida, le sobre vino, llorando de alegría junto a su marido, al ver el fruto de su amor, plasmado en Carlitos, así fue como le pusieron.
Ya en la habitación del hospital, en el día de Navidad, toda la familia estaba con ellos, faltando los padres de Pedro, el los echaba en falta, se sentía triste y decepcionado por momentos, solo se le pasaba, cuando miraba a su esposa y su hijo, la emoción del amor recorría todo su cuerpo, evaporándose toda la tristeza, que sentía en esos momentos.
Hizo un pensamiento, "no voy a dejarme llevar por los sentimientos que surgen por el hecho de no estar mis padres aquí"
Cuando se repetía una y otra vez, esa idea en la cabeza, alguien pico a la puerta de la habitación, pidiendo permiso para entrar.
¡Adelante! contestaron, entre risas provenientes de la alegría que se respiraba en la habitación.
Un matrimonio entraba con paso lento, ante la posibilidad de rechazo, pero no.
Eran los padres de Pedro, Juana y él se dirigieron a ellos con alegría de verlos.
Pasen, pasen, abrazándose los cuatro.
¿Podemos ver a nuestro nieto? Fue la primera pregunta que realizaron después del saludo emocionado.
Todos los presentes en la habitación, se quedaron asombrados e ilusionados, de ver que la familia, estaba al fin toda junta. Respirándose amor y alegría por todos lados, con una sensacion muy reconfortante para todos, en especial para los padres de Pedro, totalmente nueva para ellos.
En ese instante, la visión de todos se fue hacia Carlitos, el niño que trajo la paz y la unión a la familia.
Borrador de la narración incluida en el libro "Cuentos con mensaje" de Montse Cobas.
derechos reservados.
LUNA SERENA
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Con la mirada les llegaba para hacerse entender o para decirse lo mucho que se querían.
Una tarde Juana venía del médico, por ciertas molestias estomacales, cansancio y mucho sueño, en su cara se veía una expresión nueva, brillante, con una sonrisa llena de ilusión y de esperanza.
Tenía una noticia que darle a su marido y por la evidencia, no era mala, todo lo contrario.
Se acerco al negocio que tenían cerca de su casa, no podía esperar para anunciarle el suceso que se había dado en ella.
Cuando entro por la puerta su marido se quedo extrañado pero a la vez alegre de verla, en su rostro se reflejaba la ilusión que impregnaba en su ser con solo mirarla.
Eran de los pocos matrimonios, que después de tantos años de casados, mantenían el enlace que se forma entre dos personas enamoradas, manteniendo la complicidad de sus gestos y de sus corazones.
Se miraron a los ojos, con una sonrisa plasmada en su cara, cada uno por diferentes motivos.
Al fijar la mirada en la de ella, enseguida se percato que algo sucedía, subiendo le un halo de energía por todo el cuerpo. Ella se acerco y le plasmo un beso lleno de amor.
¿Qué pasa?
Adivina, le contesto ella.
Pues no sé, así a lo seco, no se me ocurre, ¿A venido tu madre a pasar unos días?
No,
Cogiéndole la mano a Pedro, se la acerco a su vientre.
¿Qué sientes?
Se quedo perplejo por un instante.
¡ No puede ser!, ¿como?
¡Hombre esto es facil de saber,estas cosas pasan, a nosotros tambien, después de tanto tiempo...!
Ha sido una sorpresa, ya nos habíamos hecho a la idea, pero...¿que te parece?
¡Que me va a parecer! Es estupendo. ¡Uf! un bebe en casa. Va a venir con unos padres, un poco mayores, pero no somos ni los únicos ni los primeros dijo Pedro cogiéndola en un abrazo que no olvidarían nunca.
Estaban felices, muy felices.
Enseguida determinaron dar las noticia a sus respectivas familias, cada uno a la suya ya que la familia de Pedro, no quería mantener relación con su esposa, pues no aceptaron a Juana, porque provenía de clase pobre.
La familia de Juana, se alegraron muchisimo, presentándose en la casa de la pareja por la noche para celebrarlo, no podían esperar.
Sin embargo, los padres de Pedro, la noticia la aceptaron muy mal, entablando una discusión por teléfono, con su hijo, cosa que Pedro no estaba dispuesto a tolerar.
"Ya es hora que cambiéis, no estoy dispuesto, a que me estropeéis la alegría que siento, sino estáis dispuestos a cambiar, tendremos que dejarnos de hablarnos y de vernos, porque no voy a consentir que sigáis con el desprecio hacia Juana y ahora hacia mi futuro hijo. Vosotros mismos."
Despidiendo-se con toda la educacion del mundo, colgó el teléfono.
En el momento quedo entristecido, quería a sus padres, pero la situacion ya se pasaba de largo.
En ese momento, se dio cuenta, que el desprecio que le hacían a Juana, la persona que más amaba y que le llenaba de felicidad, se lo estaban realizando a él tambien, se sentía mal y empezó a entender a su esposa.
Intento sobre-ponerse ya que en su interior se movilizaban sensaciones no gratas, con ganas incluso de llorar.
Era feliz, sumamente feliz con la noticia de la próxima llegada de su primer hijo y sus padres no eran capaces de sentir lo mismo por el que sería su niet@, eso le dejo mal.
Camuflo el comportamiento de sus padres a Juana, aunque ella ya se lo imaginaba, entristecida por la situacion originada ya que le gustaría llevarse bien con ellos y ser una familia común, en la cual se pudieran entender.
Fueron pasando los meses, los padres de Juana, la ayudaban en todo lo que necesitaba su hija y en los preparativos de tener la casa y la ropita del bebe en condiciones, para cuando este llegara estuviera todo en la necesidad del pequeño.
Juana caminaba un rato con su marido después de cenar, estando ya bastante avanzada en su estado. Faltaban dos días para Navidad , caminando por las calles adornadas del centro de su ciudad, se encontraron frente a frente con los padres de Pedro.
Juana llena de ilusión y de esperanza de que los padres de este cambiaran su actitud, hizo el gesto de acercarse para darles un beso, pero estos, lo único que hicieron fue desviarse de ellos con semblante orgulloso.
Las lágrimas asomaron a los ojos de Juana, no solo lo sentía por su hijo, que en ese momento, hizo un giro en su vientre, como si él, sintiera el rechazo y la tristeza de su madre sino por Pedro.
Sabiendo que el sufría por la situacion originada, incluso se sentía culpable del rechazo.
Pedro, no estaba dispuesto a que su mujer sufriera y menos en su estado, la cogió y la abrazo, con un poco de dificultad por el vientre abultado, sintiendo que su hijo era participe de toda la situacion, esté se movía, haciéndose notar en el vientre de su madre, se acerco al oído de su mujer, diciéndole palabras llenas de amor.
La hizo sentarse en un banco, diciendole que le esperaba, que enseguida venía.
Se alejó de ella a paso ligero hacia la dirección por la que se habían ido sus padres.
Los encontró mirando unos escaparates cercanos, les pidió para hablar con ellos.
En un principio, se negaron alegando, que había preferido el amor de su mujer al amor de ellos, que eran quien los había criado.
El simplemente les dijo, que en ningún momento les había dejado de querer, que eran ellos los que se habían alejado, rechazando a Juana, sin ningún motivo, incluso ahora a su propio nieto, sangre de su sangre.
"No sabéis lo que os estáis perdiendo". Juana, es una persona maravillosa, llena de amor, os habéis perdido los meses de embarazo de Juana, los meses más hermosos de mi vida.
Si tambien os queréis perder el nacimiento y crecimiento de vuestro único nieto, no sabéis cuanto lo siento, porque somos una familia, y lo hermoso es poder llevarse bien, dar y recoger lo que una familia se puede aportar, el dinero es importante, pero no se puede comparar nunca con las personas y su valor, os arriesgáis a perdernos totalmente. Adiós. ¿AH? Feliz Navidad
Tanto os cuesta dejar de lado el orgullo.
Poner de vuestra parte e intentar querernos a todos.Prosiguio Pedro.
Los padres de Pedro, no se quedaron insensibles a las palabras de su hijo, estas les había llegado a su corazón, querían a su hijo, era Navidad y se encontraban solos.
Sí, con una cena en un gran restaurante, pero sin lo esencial, que empezaban a echar de falta.
Empezaron a pensar,
¿De que les servia el dinero, si no lo podían disfrutar con quien tenían que hacerlo?
El dinero, no compensaba la falta de amor y la necesidad de estar con su hijo, empezando a entender que si su hijo era feliz con Juana, quizás podían dejar de lado las diferencias que tenían hacia ella, empezando a sentirse mal con su comportamiento.
Las palabras de Pedro, les había hecho reaccionar positivamente.
Pedro, volvió entristecido y enfadado, encontrándose con Juana, con semblante rígido y lleno de dolor.
Pensando que era por lo sucedido, le dijo: no te preocupes, no le des mayor importancia, algún día tienen que cambiar, ¡ya veras!
"Pedro, no es por eso, creo que el parto se ha adelantado"
¡Qué dices, si falta casi un mes!
Pues no sé, con voz temblorosa, intentando aguantar el dolor sentía.
Espera,
Pedro se acerco a la carretera, llamo un taxi y se dirigieron a la maternidad.
Ya en esté, la comadrona, le dijo a Juana que estaba de parto.
Su hijo estaba de camino.
Pedro, llamo a la familia de su esposa, y tambien a la suya, por lo menos para que supieran que su nieto, estaba próximo a nacer.
Los padres de Juana, llegaron nerviosos, preguntado como estaba su hija.
Ella estaba bien, pero el parto parecia ser que se iba a alargar.
Y así fue.
Juana estuvo un día y medio en el esfuerzo de traer su hijo al mundo, llegando en la noche buena.
Un niño hermoso, no hizo falta ponerlo en la incubadora, sano y regordete, cuando este fue a los brazos de su madre, una inmensa emoción, nunca sentida, le sobre vino, llorando de alegría junto a su marido, al ver el fruto de su amor, plasmado en Carlitos, así fue como le pusieron.
Ya en la habitación del hospital, en el día de Navidad, toda la familia estaba con ellos, faltando los padres de Pedro, el los echaba en falta, se sentía triste y decepcionado por momentos, solo se le pasaba, cuando miraba a su esposa y su hijo, la emoción del amor recorría todo su cuerpo, evaporándose toda la tristeza, que sentía en esos momentos.
Hizo un pensamiento, "no voy a dejarme llevar por los sentimientos que surgen por el hecho de no estar mis padres aquí"
Cuando se repetía una y otra vez, esa idea en la cabeza, alguien pico a la puerta de la habitación, pidiendo permiso para entrar.
¡Adelante! contestaron, entre risas provenientes de la alegría que se respiraba en la habitación.
Un matrimonio entraba con paso lento, ante la posibilidad de rechazo, pero no.
Eran los padres de Pedro, Juana y él se dirigieron a ellos con alegría de verlos.
Pasen, pasen, abrazándose los cuatro.
¿Podemos ver a nuestro nieto? Fue la primera pregunta que realizaron después del saludo emocionado.
Todos los presentes en la habitación, se quedaron asombrados e ilusionados, de ver que la familia, estaba al fin toda junta. Respirándose amor y alegría por todos lados, con una sensacion muy reconfortante para todos, en especial para los padres de Pedro, totalmente nueva para ellos.
En ese instante, la visión de todos se fue hacia Carlitos, el niño que trajo la paz y la unión a la familia.
Borrador de la narración incluida en el libro "Cuentos con mensaje" de Montse Cobas.
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