Your Are Not Alone de Michael Jackson.
Una voz que ha hecho historia y seguirá haciéndola.
Ayer dedique unos minutos a la lectura de un libro que tengo en mi colección. Se llama -Como crecer cuando ya has crecido- de la Dra Nancy O´Connor psicóloga clínica. El cual desde aquí recomiendo.
Voy a trascribir una de sus pequeñas partes.
NO HAGAS A LOS DEMÁS LO QUE NO TE GUSTARÍA QUE TE HICIERAN A TI.
Somos seres interdependientes. Todos tenemos necesidades y deseos que los demás nos pueden satisfacer. Hemos nacido solos y solos moriremos, pero durante el período de tiempo que dure nuestra vida en la tierra estaremos inmersos en una multitud de relaciones con otras personas. La regla de oro del Nuevo Testamento - No hagas a a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti - es otro principio que puede facilitarte el camino. El primer paso es decidir cómo quieres ser tratado. A casi todos nos gusta ser tratados en serio, con cariño y respeto; no sufrir de intolerancia y prejuicios sólo porque el color de la piel es distinto, porque no vestimos igual, porque somos minusválidos o por algún otro concepto mental.
¿Cómo quieres que te traten los demás? ¿Que deseas en tus relaciones con los demás? ¿Quieres que sean justos contigo? Amor, libertad? ¿Quieres que los demás sean responsables en los tratos que hacen contigo? ¿Cuanta honestidad y responsabilidad tienes tú hacia ellos? Si alguna vez crees que te han engañado, ¿tratas de vengarte o manifiestas tus necesidades y perdonas?
Antes de poder vivir esa regla de oro, debes definirla por ti mismo. Debes decidir cuál sera tu respuesta si los demás hacen algo que a ti te parece mal o te hace daño. ¿Les respondes del mismo modo? ¿O eres capaz de poner la otra mejilla y perdonar?
Nadie es perfecto; cometerás errores, y por consiguiente, harás daño a los demás. Si quieres pedir: "perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden" en tus oraciones, debes poner en práctica el perdón día a día. Y a veces es muy difícil. Requiere todos nuestros conocimientos como seres adultos y todo nuestro control. Por el contrario, cuando en nuestra vida arrastramos la venganza y el odio, nos hacemos más daño del que nos imaginamos.
Las personas maduras dejan a un lado el resentimiento y lo sustituyen por amor y energía positiva. Recuerda que el perdón es para ti. Con él te deshaces del resentimiento y de otros sentimientos negativos que te hacen daño y te impiden crecer.
En los estudios de comercio se enseña el sentido de la frase " caveat emptor (por cuenta y riesgo del comprador). La responsabilidad recae en el comprador, quien se tiene que asegurar de ser tratado justamente, no en el vendedor de los bienes y servicios. La consecuencia es que todo vale: engañar, robar y mentir, con tal que no te cacen. Si engañas a alguien es siempre culpa del cliente, que fue demasiado ingenuo al confiar en ti.
Ya es hora de que en nuestras relaciones trascendamos esta forma de vivir estrecha y egoísta, tanto en el plano económico como en el personal. Erich Fromm en -El arte de amar- equipara la regla de oro de la sociedad occidental con la doctrina de la justicia social y económica. Ser justos significa no hacer trampas, engaños ni fraudes en el intercambio de bienes y servicios. Quizás ya es el momento de prestar atención a la forma en que conducimos nuestra vida social y nuestras relaciones comerciales con los demás, así como las relaciones personales.
Quizás sea el momento de dejar de mirar por encima del hombro a los demás, esperando a que nos hagan algo malo. Si quieres ser tratado justamente, con respeto, sensibilidad, responsabilidad y amor, debes manifestar estas mismas cualidades y vivir de ese modo, ignorando las sanciones sociales. Es imposible ser cariñoso en casa y egoísta en el trabajo, esta regla de oro no debe ser aplicada selectivamente.
Las personas maduras respetan todas sus relaciones. Debes crear una nueva forma de estar en el mundo. Esta forma te traerá paz y crecimiento, aunque los demás vivan todavía regidos por la ley de la selva. Para poder traer paz a este planeta, primero hemos de encontrar la paz dentro de nosotros. Gandhi dijo: "Los únicos demonios que existen, son los que merodean por nuestros corazones". Los demonios que obstaculizan el crecimiento individual y la capacidad del ser humano para coexistir en paz, son nuestras emociones negativas que corren violentamente de un lado a a otro.
El odio, el racismo, la intolerancia y la ira son los grandes demonios que dividen a los países y conducen a los grupos sociales a las luchas de poder, a la violencia y a la guerra. Cuando estas emociones negativas se transformen en sentimientos positivos, seremos más sensibles a la crueldad y a las injusticias que nos rodean. Como individuos y como grupos y naciones, podemos cambiar la actitud de vivir a la defensiva por la compasión, el miedo por amor, la rabia por el compromiso y la parcialidad por la justicia.
Entonces y sólo entonces la regla de oro se convertirá en algo más que otro trillado mandamiento religioso. Se transformará en el compromiso de vivir en amor, contigo mismo y con los demás.
Cuando nos amemos los unos a los otros, todo será de oro.
El AMOR lo puede todo.
El amor es la mayor fuerza del universo. Es la fuerza de la unificación. Nos une, nos enseña, nos nutre, nos ama y vive a través de nosotros. El amor es infinito y eterno. Es el reino de Dios en nuestro interior. Cuando accedamos a nuestro amor interno, podremos compartirlo con los demás tanto como queramos y nunca se nos acabará.
Por desgracia, muy pocas personas sienten, comprenden o permiten experimentar en sus vidas el amor maduro. Existe una conexión directa entre las necesidades insatisfechas de amor a un niño y los problemas del adulto. Pero si dejas que el amor llegue a ti, si te amas a ti mismo como a los demás, si eres sincero contigo mismo, si te responsabilizas de tus acciones y no haces a los demás lo que no te gustaría que te hicieran, podrás acceder a lo más profundo del amor que vive en tu interior.
El amor infantil es necesitado, dependiente, posesivo y exigente. El amor inmaduro está basado en el miedo, la inseguridad y la falta de confianza. Los miedos que el niño tiene de perder al ser amado le conducen a los celos y a la dominación.
El amor infantil es egoísta, condicionado, adictivo y conduce a la separación. El amor maduro es justo lo contrario. No está condicionado, no es adictivo, no domina, ni posee. Basado en la sabiduría, aprecia la individualidad, el crecimiento y el desarrollo de la otra persona. Las personas que han crecido y madurado nunca tienen escasez de amor. Ofrecen un amor independiente y no exclusivo, que une a las personas. El amor estimula y realza el crecimiento individual y general.
El amor verdadero es la capacidad de mostrarte sin reservas a la persona amada, y a cambio, ser receptivo y disponerte a conocerla realmente. Este tipo de amor surge cuando no existen defensas, ni dudas, ni juegos. El amor nace con espíritu de aventura, aceptación y confianza, propiciando un constante descubrimiento de nuevas alturas y profundidades en ti y en la pareja.
El amor con una pareja especial es uno de los regalos más preciosos que la vida nos ofrece. Es infantil tomarlo a la ligera o dejar de cultivarlo. Una persona madura valora, nutre y atesora este tipo de amor.
Si tienes pareja, debes continuar reavivando la llama del amor que os unió. Si estás libre, puedes permanecer abierto a encontrar una pareja que desee compartir contigo el más algo grado de intimidad. Arriésgate a expresar tu vulnerabilidad y sé tu mismo. Eres un ser digno de amor, perfectamente capacitado para amar a la persona adecuada. Atrae a esa persona hacia ti. Creced juntos, aceptando, dando, fortaleciéndoos, apoyándoos en los momentos de debilidad, amándoos física, mental, emocional y espiritualmente.
El amor se expresa en la intimidad. Al ganar confianza puedes bajar tus defensas y permitirte ser vulnerable y abrirte a la otra persona. La intimidad es la confirmación y el reconocimiento mutuo al más profundo nivel.
El contacto sexual es a menudo confundido con el amor o la intimidad, pero las relaciones basadas en la lujuria no entrañan más amor que el hecho de atarte los cordones del zapato. El sexo puede ser la expresión física del amor, que implique a las emociones y al espíritu así como al cuerpo, y también puede no ser más que el acto animal de la copulación. Algunas personas abusan de su sexualidad buscando el amor, pero son incapaces de intimar en sus relaciones o no desean hacerlo. A menudo estas personas han sido dañadas en el pasado y han sufrido por confiar en los demás y creer en su simpatía.
Por más veces que nos hayan hecho daño en nuestras relaciones, aún nos sentimos atraídos los unos por los otros. Todos buscamos el reconocimiento y la confirmación en los demás. El temor a dar y sentir amor va unido al temor a perder a las personas que amamos y al consiguiente sufrimiento. Las personas maduras saben que pueden perder en el amor, pero aún así siguen amando. Sólo existe una garantía. Si te arriesgas a abandonar el miedo y a sustituirlo por el amor, te conocerás mejor y más profundamente de lo que jamás hayas hecho. Parte del libro COMO CRECER CUANDO YA HAS CRECIDO.
Bueno, que os a parecido esta parte del libro. Cierto verdad. Ahora hay que intentar y poder plasmarlo en nuestra vida. Para que esta sea bastante mejor.
El amor lo puede todo, une, te ofrece todo lo que te pueda faltar. Suple.
Ama y siente en todas sus formas. Tu ser te lo agradecerá y tu mismo no te arrepentirás. maricmasi.
Final Fantasy - River flows in you
Música que se integra en el alma, junto el final Fantasy
LUNA SERENA.
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