Somos Espíritu, y éste tal como es, quiere, serenidad, armonía, paz, y benevolencia, sin resistencia de ningún tipo. Todo lo que sea salir de ello, es contrario a lo que somos, por consiguiente, es caos, es retraso, angustia, y padecimiento, marcándose en nuestro cuerpo físico y emocional, mediante la enfermedad o alteración de estos.
Vive, como cuando una flor, brota, vive sin más, despacio, pero sin pausa, sintiendo el fluir de la vida en el aire que apenas sientes, vive, sintiendo lo que eres y respetándolo hasta tu magnanimidad, porque en ello sentirás la vida propia, tal cual es, dulce y generosa, así sintiéndote en verdad, serás, feliz, añadiendo-te al bienestar que necesitas, y que solo Nosotros podemos formar, percibiendo y haciendo en nuestras necesidades, sin perjudicar a nadie, ni tan siquiera a nuestro entorno, porque ello se remarca en nosotros, entender que todo esta conexionado, es el comienzo para poder obrar bien, y en consecuencia, sentir y tener, lo deseado, solo asiente, consiente, y percibe, que todo se dará en su justa medida, y en su justo tiempo, a veces, la vida, solo nos reclama eso, que percibamos, y seamos sin más, dejarnos llevar, por nuestro corazón divino, Él sabrá que hacer en todo momento, aún las circunstancias no vayan acordes a Nosotros, al final, la circunstancia se diluye, y lo acorde a nosotros viene, se descubre, y asiente.
La Divinidad siempre nos dona, y nos acerca a lo que realmente necesitamos, poco a poco, sin darnos cuenta, estará, y en igual a nosotros, sólo percibiendo, se entiende.
Con Amor expansivo desde el centro Divino,
Montse Cobas.
Comentarios