A sabiendas, de qué la vida es lo que es.
A estas alturas de mi existencia,
quizás,
muchas a través del tiempo, tiempo.
Observamos, el gran cambio que se obra, a, obrado.
Inexperiencias de una vida, una tras otra, la de todos.
Aborigen que se vive.
Y quizás, ya sin vuelta atrás.
Descarriado el Hombre, qué no a sabido.
Dejándose arrastrar por lo habido.
Inyectores con mal propósito, y aquí estamos.
Siempre preferencias, sin diagnostico,
sin saber a donde llevaban, y ahora.
Se ve, aún cegados, turbados por todo lo que se da.
Sin ver, viendo, sin saber actuar, actuando.
Anquilosados, y deshaciendo, lo hecho.
Miremos.
En nuestro interno, que nos sugiere,
ante ello observaremos, una profunda realidad.
El bienestar perdido, qué reclama.
Sin saber, muchos, como hallarlo, sin embargo, se puede.
Es, hacer una mirada retroactiva.
Volviendo a hallar lo dejado atrás.
Naturaleza, viva.
Tanto, que reclama.
Existencia retrograda.
Dentro de Nosotros. Esencialmente es lo que mueve,
y es la fehaciente necesidad de encontrar lo hallado y descuidado.
Ahí, en nuestro interno, fuera de estereotipos forzados,
qué nos han llevado, al ahora.
Es, volver a empezar, y de hecho, se hará.
Con la lección aprendida.
Viendo la sencillez de la vida.
El silencio agotado y reisertado, en unión, o solos.
Encontrando nuestro lugar, no el ruidoso,
ese que se halla dentro, y es compatible con el todo esencial,
formando una nueva vida, una nueva existencia,
la que indirectamente todos anhelamos y no sabemos el qué.
Sin, embargo, cuanto se siente.
Volver al nuevo mundo, haciéndolo, desde cero, desde nada, encontrando lo esencial.
Manteniendo-lo, y cuidándolo, porque habremos visto la otra parte, y sus resultados.
Ya no querremos volver atrás.
La experiencia, manda.
Mensaje desde la Luz.
Poema.
por Montse Cobas.
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