Es,
en ese viaje a nuestro interior,
sin control, pausadamente,
cuándo descubrimos nuestras vicisitudes,
nuestros acontecimientos internos,
movimientos gestionados por circunstancias,
por emociones que germinan en un punto,
diagnostica-ble, analizando y observando qué ocurre,
y entonces si somos conscientes y a veces incluso, inconscientemente,
suspiramos, eliminando una parte de esa emoción qué no fluye,
y la hacemos fluir, en parte o totalmente,
integramente es tan difícil...
pero sí hiendo a ella, vemos cómo se mueve,
la hacemos mover,
o para que siga el movimiento, saliendo.
Y es qué, fluir con la vida, fluir con nuestros sucesos,
circunstancias, nadie nos ha enseñado,
incluso, muchos no saben la conveniencia,
para ganar vitalidad, salud, y una mejor vida,
no podemos controlar lo que sucede en nuestro exterior,
pero sí es nuestro conocimiento y responsabilidad,
sanar, llevar un buen control de nuestro interno,
y se requiere de tiempo, de saber hacer, y realizar, viviendo,
aprendiendo en, y desde la sintomatología, que se fo caliza, ahí,
tan adentro nuestro, que es complejo, reconocerlo, no se enseña,
la vida, la experiencia, sí.
Y debemos tomar nota.
para nuestro mayor bienestar, junto al otro.
Complicado, ¿verdad?
Pero, no imposible, sí muy trabajoso, con suma voluntad y fuerza,
para conseguirlo. Sabiendo.
Porqué cómo en todo se requiere saber.
¿Quien te enseña, quién nos enseña?
¿Aprendemos de la mejor forma?
Consiguiendo ir, estar más livianos, logrando,
nuestra más mayor libertad, ahora, allá, cuándo nos toque marchar.
Otra vez, al Universo, a la gama de Dios.
Y, es, maravilloso, lo que podemos llegar a ser.
Regocijo. En Paz.
Bienaventuranza.
Somos.
Por Montserrat Cobas.
Soltar, fluir, amar, amarnos.
Comentarios