CUENTO DE NAVIDAD.
Por un Mundo mejor.
Es, cuándo abro la ventana,
en medio de la montaña,
aspiro vida y salud,
serenidad y belleza,
y me decanto, me encomiendo,
a ser mucho mejor,
a seguir viendo la vida desde la alegría,
y la paz interior,
la materializo en mi, expandiendo,
es, observando,
cómo en un futuro próximo, llegaremos,
a ser, y a tener en abundancia lo necesario sin ningún esfuerzo,
desde el amor y la paz, observando,
luminosidad que difumina y transforma el sufrimiento,
lo malévolo y contaminado,
todo es tranquilidad, comunicación intrínseca,
todos sabemos todo,
todos sabemos lo que necesita el otro,
desde el respeto y la magnificencia,
se plasma en nosotros, y ahí,
la vida se vuelve, eterna, tranquila y sosegada,
bondad y entendimiento,
se acabo el padecimiento, y vemos cómo faros que somos,
la protección se hace fuerte,
la vivencia extensa, la sabiduría importante,
desde nuestro interior y grandeza, alzando la mirada,
viendo en el horizonte un sin fin de vida,
existencia pura, llegando a ella, los conscientes,
los voluntariosos, respetuosos y amantes de ella,
protegiéndola y afincando-la eternamente,
porque eternos nos volvemos y a la consciencia madre volvemos,
transmutados e inertes a lo que ya no hay.
Y, es en el franco de la ventana, naturaleza, sana,
a través de la experiencia,
con los ojos abiertos, veo, el futuro en nuestras manos,
logrando, logros.
Desde la Eternidad.
Qué somos.
Y, así, es en la vida de la existencia, pura.
Por Montse Cobas.
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