Sin darnos cuenta con nuestros pensamientos, emociones, actos, reclamamos o formamos justicia, allá dónde haga falta y se requiera, sin necesidad de la terrenal muchas veces no usada por su complejidad o dificultad de verdaderamente hacer justicia.
Así llegamos a la conclusión de qué de una forma o otra se realiza.
Ningún acto, pensamiento nocivo, incongruente, dañino queda exento de originar lo originado. Pudiendo determinarse a diferentes escalas.
La justicia no observable a simple vista es cuestión de energías formadas por las propias personas.
No existe separación entre la Psique, el Alma, nuestro cuerpo energético y el ambiente que nos rodea.
Somos parte de un Todo esencial. Enormemente gratuito y eterno.
No hay distancias, hay unidad intrínseca.
Por Montse Cobas.
Comentarios