Y sí nos fijamos en el entorno sustancial, la esencia, lo que no se observa y lo qué se percibe tenue-mente con brillo y eventualidad, vemos, que una transformación efímera se está dando, muy poco a poco, superflua, qué cala, despacio, en silencio con amor y sencillez, una transformación en el todo nos impregna, y así vamos cambiando, variando en un terreno desconocido, pero ya, a partir de este momento, se empezara a evidenciar, tan sutilmente , pero tan claramente, qué no cabrá duda, en paz, serenidad, y sí, en, y desde el Amor más sustancial, nadie estará exento...
Imposibilidad de resarcir.
Montse Cobas.
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