Yo, tú, él, ella, todos tenemos sentimientos, vibramos ante ciertas situaciones, ante ciertos recuerdos, un pasado qué añorar o superar, se nos pueden repetir circunstancias, vivencias, descubrir otras nuevas, vivir sin alejarnos de la realidad o alejándonos de ella por inspiraciones, experiencias, ilusiones, deseos... sin embargo, todo es lo que es, debiendo asimilar cada momento, cada historia, cada verdad, y en este proceso puede surgir infinidad de emociones dentro de nosotros, algunas inconscientes, no reconocidas, ni percibidas, y esto mueve, mueve mucho, heridas, bloqueos, energías no examinadas qué hace que el cuerpo físico se emocione, se tambalee, sin saber qué nos ocurre, ¿quién no ha sido dañado de diferentes formas, alguna vez?
Somos humanos, sensibles, percibimos y debemos reconocernos en nuestro dolor, en nuestro padecimiento interno, saber que muchas veces somos como niños indefensos ante las circunstancias, ante los acontecimientos, ante las reacciones de otros y debemos saberlo, amarnos en nuestro proceso, reconocernos y aligerar cargas, a veces es necesario abrir heridas que pensábamos estaban cerradas, dejar que supure el daño ejercido, limpiarlas, sanarlas..
Tú, Yo, El, Ella, quién no a vivencia do la debilidad ante nosotros mismos y los demás.
Sanar emocionalmente... No es nada fácil, sin embargo hay que ejercer para conseguirlo, reconociéndonos, siendo amantes de nosotros mismos, amándonos en nuestras debilidades y nuestros procesos llenos de fragilidad, nuestro corazón late, siente y percibe, y en este latir todo un conjunto de sensaciones, vividas.
Sanar, la mente, el cuerpo y el espíritu, nuestro ejercer para conseguirlo, liberándonos.
Somos Fuertes siendo débiles, porqué en ello esta la superación propia.
El amor por nosotros, pues somos nosotros los que sabemos lo que hemos padecido, experiencias transmutadas para digerir todo proceso, sabiendo, al final, del recorrido.
Por Montse Cobas.
Comentarios